viernes, 29 de noviembre de 2013

Inés, fanfara tirana y tímida alusión a mis misoginias.







Mentí abajo, no es nada triste mi vida. Hoy volvía pensando que cada uno de vosotros me evoca una música. Javier sería sin duda un tango, Joselín sería jazz, la Tati  no sé por qué Caetano Veloso, Antonio clásica, Nacho es popi, el rubio es todo percusión africana y la niña Blanch una inclasificable. Podría seguir pero me tocaba Inés y su máscara acústica después de casi un año.

Y la Inesica me suena tan alegre y tan potente como Fanfara Tirana.¡Hasta una gasolinera que me tuve que ir a trabajar para encontrar a Inés! ¡Qué iba a saber yo entonces para qué era todo aquello!

Ahí le he estado contando mis misoginias. Porque si pensamos de verdad habrá que rascarse hasta el fondo y yo encuentro con frecuencia el equivalente femenino del machismo, su retroalimentación, y me irrita, pero no lo puedo contar. No hay como desahogarse con esa lúcida historiadora y una cerveza debajo de un árbol.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Los días con Canetti y la máscara acústica.





Mi vida sería bastante triste si no fueran absolutamente reales las excursiones. Cuando digo que me voy con el tío Elias no bromeo. Me zambullo en conversaciones tan intensas con él como si sucedieran delante de una chimenea en Londres o en Viena. No me puedo escapar de este año, pero sí entenderlo mejor después de leer el sofoco con el que él habla, en 1937, contra el cine, y que se parece al horror que le provoca a Umberto Eco y a tantos otros Internet ahora. Pero enseguida se le pasa la pataleta y se pone otra vez apasionante el viejito. Hasta me propone salir:

Vaya usted a un local popular, por ejemplo el antiguo y conocido O.K, siéntese usted en cualquier mesa y trabe relación con una persona absolutamente desconocida para usted. Al principio, no podrá por menos  de animarle con algunas frases complacientes. Pero cuando la persona en cuestión haya empezado a hablar-y seguro que le gusta hablar, por eso va al O.K.-, cierre obstinadamente la boca y escúchela con atención durante unos minutos. No haga ningún intento de entenderla, no trate de averiguar lo que piensa, no se compenetre con ella…sencillamente, preste atención a la exterioridad de sus palabras. No pretendo que actúe así todo el rato, válgame Dios. Mi consejo sólo sirve para experimentar de buenas a primeras, y de un modo rápido, lo que acabo de denominar máscara acústica. Se dará usted cuenta de que su nuevo conocido tiene una forma muy peculiar de hablar. No basta con constatar que habla alemán, o que habla en dialecto; eso lo hacen todas o la mayoría de las personas de ese local... No, su forma de hablar es única e inconfundible.   Tiene su propio tono y velocidad, tiene su propio ritmo. Encabalga las frases. Utiliza determinadas palabras y giros de manera recurrente. Por lo general su lenguaje consiste en apenas unas quinientas palabras. Se las arregla con mucha habilidad con ellas. Son sus quinientas palabras. Otra persona, igualmente parca, habla con otras quinientas. Si le ha prestado usted la conveniente atención, la próxima vez podrá reconocer a esa persona sólo por su habla, sin necesidad de verla. Su forma de hablar la caracteriza y la singulariza tanto como, por ejemplo, su fisonomía, que también es única. A esta figura verbal de una determinada persona, a las constantes de su forma de hablar, a esa lengua que le es propia, que sólo ella emplea de esa particular forma y que con ella perecerá, es a lo que yo llamo su máscara acústica. Con esto no pretendo decir que el dramaturgo haya de comportarse como un fonógrafo ambulante que registra la forma de hablar de la mayor cantidad de personas posible y que luego, según sus necesidades, compone dramas conforme a su propia colección de mascaras acústicas. Eso vendría a constituir una forma tan mecánica como cualquier otra de copiar la vida, que en sí misma tiene muy poco que ver con el arte. Pero el dramaturgo tiene que saber oír; tiene que albergar dentro de sí una vida lingüística suficientemente colmada; tiene que absorber a fondo lo que ha oído y ser luego capaz de procesarlo, de modo que los personajes  sean nítidos y convincentes por virtud precisamente de su máscara acústica.

Si me dejara sustituir dramaturgo por escritor, narrador, cuentista, me vendrían muy bien esos párrafos ¿Me dejará?

lunes, 25 de noviembre de 2013

Y no estaba loca doña Ángela.



Todos tenemos poyitos, rituales, sinapsis selladas donde vaporizamos certezas, burbujas herméticas con todo en su sitio, vivo y desordenado. Qué sé yo. Sé que a veces murmuro: “no estaba loca doña Ángela” y jamás me he visto en el brete de explicarle a nadie de qué estoy hablando cuando digo eso. Ventajas de hablar mucho, te das cuenta antes de que lo que dices importa un bledo.  Así que la exclamación se fue convirtiendo en la más mía,  la más secreta y la más vieja. El “no estaba loca doña Ángela” ha sido desde entonces un medidor.

-No salgáis, lo de afuera es horrible.

Sólo nos dijo eso y luego se sentó al sol. Las madres estaban gritando abajo porque eran las cinco y media y no salíamos, ella estaba tranquila, se metió la llave en el bolsillo y se sentó, nosotros no estábamos asustados, estaban asustadas ellas, las madres. Mi madre no estaba. Como sigo creyendo que mi madre es superwoman aún creo que si hubiera estado lo habría arreglado. A doña Ángela la ataron antes de meterla en la ambulancia y a todos los niños los abrazaron sus madres como si hubieran hecho una heroicidad.

Mi madre no estaba porque cree mucho en la autonomía y no me iba a buscar a la escuela.

Y no estaba loca doña Ángela, estaba triste.


viernes, 22 de noviembre de 2013

¡No te duermas! ¡Huyamos!




Aleksandra Mir


"Dar los pasos precisos para conseguir los fines necesarios"

Dice uno de estos de los del congreso diz que de cultura.

El poder está en manos del que utiliza más términos narcóticos. Los hay tan competentes que te han aniquilado cualquier rastro de inteligencia a la tercera frase.

Vamos a congresos la Berdor y yo para identificar los somníferos, tenemos largas listas. Nos parece un trabajo urgente.


miércoles, 20 de noviembre de 2013

Fin de cosecha.





En el mundo real no hay dos tomates iguales.

martes, 19 de noviembre de 2013

Un poema, más palabras.



Óxido

No se dice que una palabra se oxida, como
pasa con los metales. Pero hay palabras
que herrumbran, y no sé qué hacer para
limpiarlas, para que tengan el brillo
de la primera vez que fueron dichas –en
el caso de que podamos saber la primera
vez en que una palabra fue dicha.

Tampoco se dice que un sentimiento
se oxida en contacto con el aire, o que
hay que mantenerlo en una atmósfera pura,
limpia de viento y humedad. Al
contrario, cuando se encuentra expuesto
al tiempo el sentimiento gana la
fuerza que le permite resistir a lo efímero.

Sin embargo, estas palabras que parecen
oxidadas, podemos pasarlas por la esponja
del sentimiento. Lo que parecía polvo
se transforma en luz; y vuelvo a decirlas
para que oigas, en el filtro del poema,
lo que el amor hace a las palabras.


Nuno Júdice

lunes, 18 de noviembre de 2013

Ponga un chino a su mesa.


Poras Chaudhary



Próximamente tendré una nueva alumna, es nica y no maneja computadoras, así que le he dicho que se venga a casa, ni modo. A los cinco minutos ya estábamos negociando el precio en el que cabían mucho más que euros: la posibilidad de un lagomoto en Managua, los cafetines de la Uca, los tamales y unos plátanos fritos con crema para desayunar los martes

Eso me ha recordado una comida con la madre de Carmen París, una de mis grandes maestras. Su hermana, Belén, dijo que en su clase había un chino, a lo que Adelina, una sabia, respondió:

-¿Y por qué no lo has traído? ¿Para qué  crees que te pago la universidad?¿para que aprendas declinaciones? Eso sí era una oportunidad: ponga un chino a su mesa.(1)

Adelina, que declinaba como los ángeles, había salido de extra en la película Calle Mayor y amaba sobre todas las cosas la música. Hablábamos y hablábamos: de cocina, de literatura y sobre todo de mitología griega, alrededor de la estufa de leña, en aquel seno materno siempre abierto: el bar París. Ahora tiene Alzheimer y cuando nos vemos nos tocamos mucho las manos. No sólo me reconoce, el otro día me dijo:

-Estás bien gorda.


1-Eso pasó hace un poquito, cuando ninguno de nosotros habíamos visto hoja verde, yo al segundo negro que vi, lo vi en París. A veces pienso que somos una pobre gente que ha hecho demasiado deprisa un viaje muy largo.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Opiniones dominicales diversas.








-Que lo sé, que te gusta más Póveda, que te tiene hipnotizada.
-No seas pesada, que me gusta mucho Morente.
-Pero Póveda te gusta más. ¡Qué te conozco! ¡qué vivimos juntas! Y es más jondo el Morente.
-A veces, que tiene el Póveda un pellizco. Anda, pon a Morente, y calla
-¿Qué hay para comer?
-Huevos tontos, que dice tu madre que cada vez la satisface más lo sencillo.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Monólogo sobre un debate que no existió.










Ayer llegaron a la pantera rosa dos visiones sobre el Congo.La de Ouka Lele y la de las Lolas Moras. La protagonista del documental es Caddy Aszuba, a quien no conozco pero de quién llevo oyendo hablar muchos años porque trabaja con Lola-Mora. No se utilizan imágenes violentas en el video, todo es correcto, lo incorrecto es esa mirada eurocéntrica que continuamente reforzamos. Seguro que no hay ninguna mala intención en el club de las 25 pero no se puede acudir con la medicina si no se sabe cuál es la enfermedad. No queda tiempo para la conmoción, no todo se soluciona con buenas intenciones. Hacen falta estrategías, finalidades, muchos planes, mala leche. Hay que sensibilizar para algo. En este asunto importa el para qué.

A pesar de que no se cuenta ninguna mentira en ese documental lo considero peligroso porque no se está contando tampoco ninguna verdad que sirva, que no nos suene como un rezo. Nadie es culpable de tener una mirada lastimera, sobre todo si con todos los recursos artísticos se la están montando de antemano, pero mi obligación es decir que esa mirada es muy peligrosa. Y es muy peligrosa porque re-victimiza a las víctimas. Elisa nos contó casos de primera mano en los que las mujeres renunciaban a la ayuda para no seguir cargando la pesada lacra de ese adjetivo. La lástima cotiza en bolsa porque paraliza, y el infierno está empedrado de buenas intenciones. Es peligroso tintar el dolor de los otros con barnices románticos. Estamos, creo, ante un problema grave y antiguo. ¿Siempre es ética la estética? 
  
No hay nada, nada, nada, que me ponga peor vinagre que la lástima, esa cosa que parece empatía, que parece sensibilidad, que parece compromiso, que parece demasiadas cosas para que sea algo.


Digo aquí lo que no cupo ayer porque no hubo contraparte en un debate cada vez más urgente al que ese encuentro podía haber aportado algo.


viernes, 15 de noviembre de 2013

Hoy pincha una chica que me quita el miedo.








Si algún día se me va la olla, Joaquina, mi psiquiatra en línea, me avisará.

Buena elección. No es cierto que abernuncie de toda, toda, toda la música de los ochenta. Exagero para que noos pongáis pesadicos.

Un caos débil o el miedo, ese tabú gaseoso.




Ya está, ya lo he borrado casi todo, hay que seguir  los buenos ejemplos.


Lo que quedó fue:

Me da miedo escribir sobre el miedo, implica recordarlo, lo haré, estoy en ello, pero no ahora. Tengo que pasear mucho todavía y no es el momento, hace un airé que se nos lleva. Además. Ya lo dije. Me da miedo.

Pero:

¡El estímulo fue tan fuerte! ¡te modifican tanto las cosas bien hechas!  

Salimos del teatro como miuras, locos por hablar del miedo: el miedo en las manifestaciones, a un diagnóstico, a una llamada, el miedo a lo más próximo y a lo más lejano,  y a los otros, y a nosotros, y a los insectos, y a dar miedo, y al poder, a las vísceras, al desamor, a la desatención,  a la oscuridad y a un frasquito con tapa, lleno de objetos, que se me aparece en sueños (y sobre todo a un trozo de la tela de un vestido que nunca tuve,con un corchete, que está en ese frasco)

-¿Y a la locura? 

Le pregunté después a Ana. Pero mientras formulaba la pregunta me di cuenta de que la locura estaba perfectamente espolvoreada en Haunted House, que es una pieza de jazz,  una obra en marcha, una articulación que se retroalimenta. Un maravilloso artefacto sólo apto para los que tenemos miedos.

 Gracias, gracias, gracias Marcos, Leire, Ana, ¡qué ensanchamiento!

martes, 12 de noviembre de 2013

Devorada por Morfeo.



Henri Rousseau



Tengo sueño, muchísimo sueño, me voy durmiendo por las esquinas.

Todo son cosas pendientes: escribir sobre el miedo, ya que llevo más de una semana pensando casi exclusivamente en el. Arreglar el dll32, que ya me ha hecho perder tres días. Reorganizar el tema del narrador, ver no sé cuantas películas y terminar de leer a Canetti. Me siento culpable, claro, pero eso no despabila nada.

La comedia de la vanidad cuenta lo que sucede en un mundo en el que se prohíben las fotografías y los espejos…y cunde esa hipótesis, pero cada dos páginas me duermo.

Menos mal que tengo sueños estupendos, anoche soñé que estábamos cenando con Borges, Cortázar, María Zambrano y María Moliner. Con tan buenas compañías  ¿quién no va a querer seguir durmiendo? Voy a probar otra vez a ver si tengo una pesadilla y me desvelo.



viernes, 8 de noviembre de 2013

Desert Blues: entre dunes et savanes












Para ver en el mundo un grano de arena
y en el cielo una flor silvestre
abarca el infinito en la palma de tu mano
y la eternidad en una hora


 William Blake

jueves, 7 de noviembre de 2013

Un recesito.




Cuesta mucho llegar al sábado por la noche, a "un caos débil" y las conversaciones de después. Me tomo un descanso con Juarroz. Dejo la foto de Ana y su página, para ir haciendo boca y porque no le va nada mal al poema que me ha elegido

Ayer estuve viendo a Pepito y a Julia y me traje un tocho intitualado Arrebatos Verbales, de Elias Canetti, recién salido del horno. Mi dependencia no es del papel sino de los buenos libreros.¡Ya tengo destino! Fin de semana con el tío Elias. Otranvex.

el poema:


Hay que alcanzar esa mirada
que mira a uno como si fuera dos.
Y después mira a dos
como si fuera uno.
Y luego todavía
mira a uno y a dos
como si fueran ninguno.

Es la mirada que escribe y borra al mismo tiempo,
que desdibuja y suspende las líneas,
que desvincula y une
simplemente mirando.
La mirada que no es diferente
afuera y adentro del sueño.
La mirada que se crea a sí misma al mirar.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Cuarto y mitad de un sábado de miedo.



Mi amigo el jardinero tiene un problema de optimismo agudo que le pasa facturas, pero es imbatible, las paga con una sonrisa de oreja a oreja. Aunque está todo el día viendo crecer cosas, o no crecer, sigue negando el cambio climático, cree en la inmutabilidad del agro. Este año se le han helado dos floradas de tomatera mientras nosotras, las lentas e ignaras, recogíamos tomates por doquier. Da igual, no nos dará la razón.

Pero cuando más me gusta Miguel es cuando empieza a decir de una manera compulsiva que la gente es maja:

-¡Pues no te lo digo yo! Que la gente es maja, maja, maja. La gente es muy maja, Marta, muy, muymuymuymaja.

Vaya que si quieres seguir hablando no te queda otra que discrepar y recordarle a todos los cancos que hemos conocido juntos en los últimos treinta años, aún sabiendo que el otro seguirá ahí, con su mantra, y le darán igual las pruebas que aportes.

Lo anterior viene al caso porque volví de Huesca repitiéndome ininterrumpidamente:

-¡Qué majos!¡qué majos!¡qué majos! Orencio, Raquel, Mario, Luis, Miriam, Mikel, Daniel, Ana, Marcos, Leire, Marina, sus padres, Pilar, su compañero,Justo, Carmencita, Anica.¡Y el guía de Loarre!
¡qué majos!¡qué majos!¡qué majos!

¡El guía de Loarre merece linkaparte!  Ese performer erudito, anónimo, y con sorna(1), nos trasladó al siglo XI  en décimas de segundo. Era un saltimanqui, bordeaba el perímetro de cinismo con tonito cantarín y en el último momento nos salvaba, recién salido de un capitel se indignó, muchísimo, porque los campesinos no podían comprarse una cota de malla, ¡de dónde iban a sacar los trescientos salarios! Un tímido curtido en la extroversión y bien ensayado. Un apasionado de la historia.  (como Luis, como Inés, hay dos fábricas interesantes en Zaragoza, la de filólogos y la de historiadores)

Siete personas nos fuimos abducidas del castillo. ¡Vayan!


(Y ya paro, ¿no? No me cabe lo que queda de día ni con calzador)

1-Los genios de los sitios son como las recetas. Basta saber el ingrediente principal para explicárselo casi todo. El ingrediente principal de los aragoneses es la sorna. Que es buena cosa, porque si estás nublau  te aclara y si estás eufórico te entristece.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Viernes de empacho y deseos cumplidos.




Siempre había pasado deprisa o acompañada por el coso de Huesca, y siempre había querido sentarme a leer debajo de aquellos soportales o en la terraza del casino, sola y con todo el tiempo del mundo. Lo conseguí muchos años después y gracias a un empacho.

Nos metimos a comer en un mesón con apariencia normal, pero segundos después estábamos en otro mundo, habíamos sido aparcados en un lugar lujosísimo:

-Mira que collares llevan ellas, Gonzalo, vámonos, nos van a fundir.
-Tranquila, que pase lo que quiera, nos lo mereceremos, voy al baño.

Dijo él, y luego salió lacónico. A todas las preguntas de la camarera respondía sin mirar.

- lo mismo.

Y es que sabe cuán tacaña puedo ponerme ante la carta más snob y es omnívoro.

Ya que el personal cuenta hasta como cuece las judías hablaré de comida. Fueron dos de huevos rotos con patatas a la panadera, trufa y kilo y medio de foie. Para segundo algo al horno que también tenía pato, pero ya no puedo ni recordarlo, más tarde descubrimos que el sorbete no desengrasa, eso es otro mito urbano.

Llevamos desde entonces sin poder comer. Bueno, yo ayer me comí medio tomate y porque lo había visto crecer, sino ni de coña. Gonzalo se fue a dormir la siesta y estuvo a punto de morir, ¡yo estuve cuatro horas paseando y luchando por la vida! (ayudada por dos gin tonics que a punto estuvieron de parecerme demasiado nutritivos)

¡Querías Alameda, Casino y Coso! pues toma Martita, pensaba en medio de aquél peripatetismo deslavazado desde el hígado.

Luego,como ese otro logró resucitar, cenamos coca-colas. Más tarde conocí a Raquel, a Mario y nos encontramos con Orencio, mi gran anfitrión, en un concierto popi. ¡Ya casi no recordaba lo difícil que es tener una conversación en un concierto!

Mañana quizá me atreva a contar un sábado infinito. Bueno que el viernes también fue estupendo y muy largo. Y además me resultaron tan placenteros como imaginaba aquellos tres sitios.

(siempre pienso que cuando sea muy vieja disfrutaré reencontrándome aquí los detalles, por eso, también) 

Taloneando a Ana Kuntzelman







o el gusto de volver a casa y seguir conociendo a los que me dijeron "mira" ayer.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Axioma nº 1: Vísteme despacio que tengo prisa.





Debería haber llegado a Huesca anoche, soy un poco la anfitriona, pero cuando no soy imprescindible siempre me retraso muchas horas. Cunde tanto el tiempo cuando se acota.

Pero ya me voy. Saldré como pueda del embrujamiento de esta pareja que dejo arriba y ¡a conducir!