jueves, 31 de octubre de 2013

Sobre la transparencia.





Me estaba preguntando si el lenguaje modifica el carácter, no creo que en América Latina haya menos gente turbia, pero sí estoy firmemente persuadida de que lo tienen más claro cuando lo son.

Lo que más me gusta de esa palabra es la uuuuuuuuuu, oscura y alargada, y puesta al principio, y con una errrrrrre muy fuerte después, que integra la bronca y la bruma.

Y por último no me desagrada nada que siempre se pronuncie acompañada por un deseo:“no seás”. Que advierta, que muestre, que prevenga.

Por aquí sólo se dice “veo turbio” cuando se empaña un ojo o cuando baja el río así, y nunca es reflexivo.



lunes, 28 de octubre de 2013

Lunes copistas o "me explico como puedo" Paul Valéry



Antonio González Paucar

La poesía es un arte del lenguaje. El lenguaje, sin embargo, es una creación práctica. Observemos primero que toda comunicación entre los hombres sólo tiene alguna certidumbre en la práctica, y mediante la verificación que nos da la práctica. Le pido fuego. Me da fuego. Me ha entendido.

Pero, al pedirme fuego, ha pronunciado algunas palabras sin importancia, con un determinado tono y con un determinado timbre de voz-con una determinada inflexión y una determinada lentitud o una determinada precipitación que yo he podido notar-.He comprendido sus palabras, pues, sin pensarlo, le he tendido lo que me pedía, ese fuego. Pero he aquí que sin embargo la cuestión no ha terminado. Cosa rara: el sonido, y casi la figura de su pequeña frase, vuelve a mí, se repite en mí; como si se complaciera en mí; y  a mí, a mí me gusta volver a oírla, esa pequeña frase que casi ha perdido su sentido, que ha dejado de servir, y que sin embargo quiere vivir todavía, pero una vida muy distinta. Ha adquirido un valor, y lo ha adquirido a expensas de su significación finita. Ha creado la necesidad de volver a ser escuchada. Hénos aquí al borde mismo del estado de la poesía. Esta experiencia minúscula va a bastarnos para descubrir más de una verdad.

Paul Valéry Teoría poética y estética

domingo, 27 de octubre de 2013

Patatas, brújulas, la virgen, los imanes, surrealismo y el tiempo pone las cosas en su sitio.






Aunque es domingo oigo y digo cosas fantásticas como:

-Que le tires tres patatas por el balcón.
-¿Tres patatas?¿y eso?
-Que viene María Jesús a comer
-¿Quién viene?
-Susi
-¡Ah! Susi. ¡Qué bien! Se las voy a pasar en ascensor.

Y ata un ovillo de lana a una bolsa con diez o doce patatas.
(no sé yo si se va a comer tantas patatas María Jesús, a lo mejor con Susi sí)

Ésta mañana, cuando hemos vuelto de pasear, me ha dicho mi madre.

-Ayuda a tu padre, anda, que tiene las manos como tú.
-¿Qué está haciendo?
-Algo muy importante. Buscar los puntos cardinales. No sólo el norte no, no, todos, los cuatro.Tira, él te lo contará.

Y me lo cuenta: toda su vida ha querido llevar una brújula en el coche y hasta ahora no había llegado la ocasión. Quien le vendió el último llevaba una virgen del pilar con imán.

-Fue quitar la virgen y encontrar una brújula, esa mujer tiene poderes, pero la brújula  tenía patas y se las estoy cortando.

Así que luego, cuando oígo la palabra surrealista aplicada a un roto y a un descosido, me pongo mala.

Ah, otra cosa de la que me he acordado esta mañana, de un padre que le dijo al hijo que recogiera la habitación pero el otro que no, que él había oído que el tiempo pone las cosas en su sitio.

viernes, 25 de octubre de 2013

Pero si no he puesto música con lo Krall que estoy





Si las cosas hablaran



Charland Caleb

Para escribir hay que crearse una buena neurosis, digo siempre. Cuando afinamos la atención nos esperan las sincronías por todas las esquinas.

Basta con que pienses en algo concreto: una llave, un camino, las escaleras, las sábanas, los espejos... para que se pongan a funcionar como un imán se sentidos 

Ya llevamos dos semanas la Berdor y yo pensando en las cosas y en los símbolos y tiende a infinito nuestra cosecha.


Si las cosas hablaran 
(de Wislawa Szymborska)

Si las cosas hablaran –
pero si hablaran, también podrían mentir.
Sobre todo las más corrientes y poco apreciadas,
para llamar finalmente la atención.

Da pánico pensar
qué me diría tu botón descosido,
y a ti, la llave de mi puerta,
esa vieja mitómana.

(éste nos lo regaló Olivia sin saberlo)


jueves, 24 de octubre de 2013

De historias, sillas, narradores y tatuajes.







Algunas historias se quedan sentadas para siempre en la silla del que las contó, como si hubiesen encontrado su formulación definitiva y dijeran: yo de aquí no me muevo. La de Inés una noche de estas navidades en el bar del Valle es de esas.

Arrancó con una fórmula clásica: estaba perdida en un lugar remoto de Guatemala y no tenía donde dormir cuando me  hablaron de una casita a las afueras. Tenía a su favor que estaba anocheciendo y el paseo, mover las piernas es una de las cosas que más ayuda a perorar, y el escenario, claro, no me atrevo yo a describir esa terraza colgada en ninguna parte y ornada con flores y flores, igual da naturales que de plástico. Siguió con una descripción de la casa y de los personajes que encontró en la casa, habló de la señora extraña que la regentaba y le fue situando un par de frases sobre cada inquilino alrededor, pero es una contadora, y se guardó al protagonista casi hasta el final. Ya  nos tenía tan entregadas que ni pedimos otra cerveza, y cuando todo el tiempo era suyo empezó a hablar de aquel hombre: el hombre con más biografía que conocerá, seguro. Había sido abogado, narcotraficante, pirata, asesor financiero, profesor, asesino a sueldo…aquí lo bordó, hizo una enumeración perfectamente desordenada, mucho mejor que la que yo dejo, un encaje de bolillos. No sé si fue todas esas cosas, pero narraba tan bien, a altas  horas y  delante de una chimenea, que me daba igual que fuera un fabulador, porque era buenísimo. Y ahí casi se pierde y nos pierde con una digresión que no sé si hacía falta, pero que va, volvió con herramientas cuando menos lo esperábamos.

-Después del incendio se había refugiado en aquella casa y no había vuelto a hacer nada. La historia que os quería contar aún no ha empezado. Empezó cuando se quitó la camiseta, primero la camiseta y  luego los pantalones. El incendio había sido en un barco y en el hospital más cercano no tenían más piel para trasplantar que la de alguien  totalmente tatuado. No se iban a entretener en organizar los trocitos, así que él, entero, era  una historia desordenada. Pasamos lo que quedaba de noche intentando reunir piezas: en el antebrazo la punta de una estrella que seguía en una axila, en la pierna un trozo de sirena que se había dejado la cabeza en el omóplato, anclas en cachitos y trozos sueltos de cuerda cubriendole la espalda…

En otros lugares puedes no saber qué historia te va a tocar porque todas las sillas son iguales, eso no ocurre en el bar de doña Elena. Yo sé donde me tengo que sentar si echo de menos a Inés, y sucede.



miércoles, 23 de octubre de 2013

El miedo que tengo



Regreso de la abstracción pasando por la dialéctica.





-Teniendo en cuenta que ahora el pensamiento se vende en supermercados, sólo podemos elegir en cuál  compramos ¿Tú a cuál irías?

-Yo al de Hegel, rubio, yo siempre al de Hegel,  y si puede ser bien acompañada, contigo por ejemplo.

Acabo de volver a oír, integra, en algún rincón de mi cerebro, una rica conversación de este verano con el dialéctico.

Soy una perdularia, de vez en cuando, siguiendo una sendita que empieza bien adentro de la literatura, camino, camino, camino y, de pronto, estoy en la filosofía otra vez. ¡No se puede pensar solo y sin armas!¡hacen falta asideros!¡por qué desaprovechar las ventajas de todos los que pensaron antes! Me digo, y sin darme cuenta me empapuzo unos cuantos libracos gordos y abstractos, sin duda agentes de mis episódicos desconciertos.

Anduve con Hannah Arendt y Simone Weil, que ya en los años treinta veían claramente que se acababa el trabajo y sabían que habría que pensar en modelos redistributivos. Algo que todavía no he oído fuerte en ningún medio. Vigencia, la escalofriante vigencia.

(¡Bien pronto rompo mis mutismos! Luego pongo a parir a los poetas que mandan correos de cien páginas contando que se retiran. Todo está en todo. ¡No! ¡Ahora panteísmo no! ¡que es muy tarde! Pero bueno, da igual, por aquello de la dialéctica y de mi natural contradictorio me apetecía decir que sí, pero ¡¡¡¡no!!! Antes de irme a dormir)

(Aún no, otra postdata, sobre el futuro y el "trabajo": "15 millones de méritos" de la serie Blak Mirror)

lunes, 21 de octubre de 2013

domingo, 20 de octubre de 2013

viernes, 18 de octubre de 2013

Vencredi, la nuit.



Estoy encantada con ese apaño que me he preparado con el atril y la lámpara de los chinos, ¡aún más copista me voy a volver con tantas comodidades! Aprovecharé la infraestructura para tomar muchas notas e intentar distinguir un poquito entre poder, potencia, fuerza, autoridad y violencia, que es lo que me he puesto como preocupación esta noche (estoy a punto de descubrir por qué y para qué)

¿Les irá bien el jazz a esos extraños parientes?

martes, 15 de octubre de 2013

Sombrero, abrigo, guantes.




Me he ido debajo de un árbol con Vallejo, por fin hacía frío. Una de las cosas que más me gusta hacer en el mundo es abrigarme.


Sombrero, abrigo, guantes.


Enfrente a la Comedia Francesa, está el Café
de la Regencia; en él hay una pieza
recóndita, con una butaca y un mesa.
Cuando entro, el polvo inmóvil se ha puesto ya de pie.

Entre mis labios hechos de jebe, la pavesa
de un cigarrillo humea, y en el humo se ve
dos humos intensivos, el tórax del Café,
y en el tórax, un óxido profundo de tristeza.

Importa que el otoño se injerte en los otoños,
importa que el otoño se integre de retoños,
la nube, de semestres; de pómulos, la arruga.

Importa oler a loco postulando
¡qué cálida es la nieve, qué fugaz la tortuga,
el cómo qué sencillo, qué fulminante el cuándo!


César Vallejo

Alguna cosica sobre las cosas. O de la polisémica cosa.




-Sanuy
-Berdor
-Preparamos alguna cosica sobre las cosas o qué.
-Venga.

 Por la mañanita nos hemos puesto tarea la Berdor Corrales y yo, vamos a dedicar todo el día a buscar cosas sobre las cosas porque a partir de ahora daremos las clases juntas. ¡biennnnnnnnnnn!

Se aprenden un montón de cosas con Ester.

Empezaremos fuerte, con Borges:
Las cosas
El bastón, las monedas, el llavero,
La dócil cerradura, las tardías
Notas que no leerán los pocos días
Que me quedan, los naipes y el tablero,
Un libro y en sus páginas la ajada
Violeta, monumento de una tarde
Sin duda inolvidable y ya olvidada,
E1 rojo espejo occidental en que arde
Una ilusoria aurora. Cuántas cosas,
Limas, umbrales, atlas, copas, clavos,
Nos sirven como tácitos esclavos,
Ciegas y extrañamente sigilosas
Durarán más allá de nuestro olvido;
No sabrán nunca que nos hemos ido.

lunes, 14 de octubre de 2013

Continentes y contenidos.






La palabra que más me gusta es mira. Me gusta decirla y que me la digan.

Algunos habitantes de mi tejido nuclear me repiten  siempre: “mira, África”, y  les hago caso, pero ahora les hago más. En los grupos hay tareas no escritas, en éste yo tengo tajo, soy la disponible y la que mira desde lejos. Y además, tengo que ir, se me ha perdido algo importante en ese continente: la narratividad.

Hace tantos años que le hizo la autopsia Benjamín a la nuestra que hemos empleado la palabra para otra pseudo cosa, y de lo que significaba nos hemos olvidado.

 “Aprés L´Océan”  cuenta que la sangría de la emigración también depende de las enormes capacidades narrativas de los africanos que, cuando vuelven, se suman a un falso relato colectivo y les cuentan a los demás que les fue bien y que triunfaron.

Mientras tanto asisto a la vuelta de Carlos a Acajutla desde aquí y me divierto con ese maje cuando tiene capacidad de desdoblarse y de mirar con lupa. Ha encontrado muchas novedades: su pueblo está lleno de un animal que se escapó de un barco, lo llaman cocodrilo llorón y se pega la noche gritando, los árboles que había están 16 años más altos y las calles están llenas de uno nuevo con un fruto muy raro porque se corrió la voz de que hacía adelgazar, pero no. Es un choque cabrón el que se tiene con la propia cultura, pero deja sedita, me dice. Se queda uno sin mitos de un solo. Hay cosas que no han cambiado: el vergazo gente por todos los sitios vendiendo cosas, que después de ver Teruel impresiona más, la pobreza sigue igual, bueno no, empeoró con el dólar.




viernes, 11 de octubre de 2013

Pero ¿qué miran los Peix Campo?



Esta foto que acaba de mandarme Taida me serviría para uno de los ejercicios qué más me gusta poner. La propuesta de trabajo diría

¿Qué miran?

¿Por qué está haciéndole una foto a lo que quiera que sea  Belén?¿Por qué tenemos sonrisa beatífica Muriel, Gonzalo y yo y está tan seria Olivia?¿Qué anotará Andrelo? Si es de noche ¿Por qué beben agua? y lo qué es más enigmático ¿qué hacen esos cubitos tendidos? ¿ponen el hielo al sol? ¿y esa mujer recién duchada? ¿dónde están los demás? ¿se estarán duchando?

Como esto no es un ejercicio de clase puedo despejar el enigma.

Estábamos escuchando a banda mais bonita da cidade   por primera vez y la pantalla estaba llena, como todas las noches, de gecos, caracoles y mantis que protagonizan otra película encima. También estaría por allí la familia de sapos gigantes que vienen al cine siempre, no salen pero se pueden imaginar..

jueves, 10 de octubre de 2013

Un poema africano.



Wosene Worked Kosrof


Alupayida

Permanezco largo tiempo en el río
Y me convierto en pez
Con una cabeza de coral
Y aletas que dominan la distancia
De profundidades ondulantes
Permanezco largo tiempo en el pez
Y me convierto en montaña
Con una cinta acunada en la bruma
Y una ladera cubierta de hierba
Que endulza el primer aliento con magia de jazmines
Permanezco largo tiempo en la montaña
Y me convierto en pájaro
Con un nido de paja políglota
Y canciones que estremecen los oídos
De los adormecidos bosques
Permanezco largo tiempo con el pájaro
Y me convierto en un camino
Con grandes ojos empolvados
Y brazos gemelos que cruzan la zarza
Como pitones precoces
Permanezco largo tiempo en el camino
Y me convierto en un cigarrillo
Prendido en ambos extremos por mechas poderosas
Luciérnagas con alas de ceniza en las noches
De ensordecida oscuridad
Permanezco largo tiempo con el cigarrillo
Y me convierto en un payaso
Con el rostro pintorreteado
Y una barriga hinchada y rebosante
De risas murmuradas
Permanezco largo tiempo con el payaso
Y me convierto en un sabio
Con una barba destellante
Y fábulas que enlazan la historia
De grises memorias

Permanezco largo tiempo en s-i-l-e-n-c-i-o
Y me convierto en palabra

Niyi Osundare
Traducción de Jimena Londoño

miércoles, 9 de octubre de 2013

Consejos de papá o cada día más Electra.





Alfonso Brezmes




Campa por sus fueros la inteligencia, y, qué vamos a esperar, sino que campe también por sus fueros la estupidez. Acabo de borrar 2200 correos. Es complicadísimo relacionar cualquier cosa después de leer mezclado: “Revista malentendidos” “Elabora tu maquillaje tu misma””ENIGMA””Vete de vacaciones: quedándote en casa no te saldrá nunca un novio” “Échale un vistazo a tu pasado: qué grato” “Bajo la lluvia””Silente inspiración””25 entrevistas a mujeres creativas” “El valor del respeto” “Entre liras y vivencias” “Revista El creador onírico”

Y no sigo. ¿Pero en qué estamos pensando? ¿Qué estoy diciendo?¿Es posible pensar después de recibir esos millones de disparos de aparente sentido todos los días, ininterrumpidamente? ¿Es posible que albergue alguna potencial sinapsis para nuestras mentes anegadas algo de lo que leemos? ¿Me puedo preocupar al mismo nivel de una pavada de la Cospedal que de un premio a Monsanto? ¿Soy una asesina por comer carne? ¿una torturadora animal por tener un pájaro en una jaula?

Y luego está lo otro, lo "literario". Ese problema geométrico de la literatura. La perversa creencia de que poesía es vertical y prosa horizontal y marchando. Y también hay una especie de sudor dramático que recorre a algunas gentes, y de fervor religioso a otras: me cargue a unos veinte del fb porque decían continuamente que jesús me ama y dios me ve, y de fervor antitaurino y feminista y pseudicientífico.

Mi padre, con quién tomé ayer vermout casero mientras nos contábamos nuestras últimas matanzas de mosquitos, nunca nos ha dejado hablar mal de nadie en casa. La mejor de sus obsesiones es que hay que ahorrar mucho tiempo para luego poder desperdiciarlo. No hay que fijarse en lo que no merece la pena, y para eso sólo hay un modo:  saturarse de lo que vale. A ver si se puede.

martes, 8 de octubre de 2013

Cuánta amistad es necesaria para poder pensar en solitario







Esta mañana, oyendo a Gonzalo, me he acordado de otro gran desacuerdo, era con alguien que decía que "pa cuatro días que se vive da igual con quién".

Y de eso nada.

Algunas mañanas, cuando Gonzalo y yo subimos de confesarnos en el bar del valle, noto aromas distintos en cada terraza

domingo, 6 de octubre de 2013

Sentir de lejos y usted dirá Santón.






Pero para que haya suficientes permutaciones el tiempo y el espacio es poco. Entonces introduce Jung otras dos coordenadas: lo causal y lo casual. Y Eureka, llegamos al encontrar bien descrito el reconfortante concepto de sincronía.

Estás seriamente perjudicada por Jung, me dice Tatiana, porque yo abro fuego en el chat diciendo:

-No te pregunto cómo estás porque ya lo sé. Creo firmemente en la telepatía, no es más que un estado de atención, es  más, dentro de quince o veinte años descubrirán los fundamentos de la telepatía y diremos, "anda, pues si ya lo sabía". Y será lo mismo que cuando  nuestros tatarabuelos vieron como presionando una teclita se encendía la luz, tuvieron que alucinar. Pruebas, pruebas, pruebas hay a montones: a la niña y a mí se nos cruzan los correos en medio del charco, en el mismo instante, después de meses sin decirnos nada, y eso supone que una ha sacado a la otra de la cama. Carmen Camacho dice en un poema algo así como “me piensas tan fuerte que me duele la cabeza”  De lo que no tengo ni idea es de por qué te estoy contando este rollo.

La telepatía, qué gran tema, como la telequinesia. Esta mañana he descubierto de quién provenía mi pelazón:

"Si quiero apagar la luz con la mente, ¿en qué me tengo que concentrar en la bombilla o en el interruptor?"

Ha escrito la Santón. 

Hace un par de semanas estaba yo buscando a Gracian por los armarios cuando ella escribió:

“Si Gracian levantara la cabeza”.

Usted dirá Santón.
  

viernes, 4 de octubre de 2013

Cripto regresión.




El “aquí entonces era” me dice: frívolo, monótono, superficial pero jondo, creativo, displicente, esteta, provinciano, cosmopolita, comprometido, rompedor,  burgués, amable, cruel, divertido, veloz, solidario- insolidario, esteta, demasiado esteta, dos veces,  y no hay dos sin tres. Divertido, muy divertido.

Menos mal que han llamado al timbre.

-No abras que han llamado poco

Dice la otra.

Hay que desdoblarse para seguir dialogando. La mejor estrategia para combatir el monótono monólogo es la duda. Sobre el “aquí entonces era” se avalanza "el aquí de ahora es", y, para intentar que el pasado el presente y yo cambiemos hay que volver a dar una vuelta muy larga.

No entendía “el amor a la tierra” de Mauricio nada. Por eso hablamos tanto. Tampoco sabía entonces de qué tenía ganas, me costó un montón de sufrimientos descubrir que tenía ganas de irme. Debería ser un poco más clara la comunicación con nuestros propios deseos.

Lo de irse es para conocer a otra tribu y cuando vuelves identificar todos esos acuerdos arbitrarios que te caracterizan, los tics de la tuya. Después ese tratamiento se queda el yo bien chiquito.

Como diría el rubio “vete, te deconstruyes, te reconstruyes y vuelves”.

Ahora ya hace mucho que entiendo a Mauricio. Por si me quedaban dudas él me presentó al Barreiro.

-Mauricio no tenemos un nabo, nos van a cortar la luz
-Pues yo canto el día que quieras y libe la gente.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Inaccesibilidad






Ese es el término que más rabietas me provoca, muchas más este verano. Lo recordaba siempre que pasaba de la cocina a la sala de moler y medía exactamente diez centímetros. Antes nunca hubiera imaginado que el abismo pudiera medir tan poco. A pesar del escalón Taida podía pasar de un lado al otro, pero dando una vuelta inmensa.
Sucede.
Enseguida conseguiré una cuña de madera.