viernes, 29 de agosto de 2008

Post egocéntrico: Paseos por mi yo anterior y por mi periferia


No me sale el no me gusta. Es demasiado fácil y demasiado difícil escribir el no me gusta.

Pero después de una larga sesión de Hombre sin Atributos necesito dejar los dedos sueltos. Escribiré un je me souviens, es el momento, ayer tuve un encuentro accidental que desatascó montones de alcantarillas y levantó muchas tajaderas: llegue a casa anegada de pasado.


También fui a un bar que quizá se convierta en ese lugar que ya no existía, ahí, en mitad de tanto pasado, en el mismo sitio que siempre, flamante, reapareció Vinos Chueca, con Bobi y Angelines en la barra, con la solera que tiene un bar de buenas costumbres durante setenta años:

-Siempre cerró mi padre los sábados y los domingos por la tarde y nosotros nunca hemos faltado a esa norma.

Acababa de irse Almenara, hacía rato que estaba anocheciendo, por allí habría pasado quizá Juana, tal ver Rosi, probablemente Toño, seguro que Kiko. Y el Chueca me pareció un seno materno al que volver sin avisar, sobre todo a la hora del vermouth; siempre les ha gustado trastornar el tiempo a los caseteros, y ya ha ocurrido varias veces: poco después de llegar a tomar un vermouth en el Chueca empiezan a cantar los gallos. También estuvimos celebrando que ya no sean las cuatro y veinte siempre en Casetas

Ah. Pero toda esa gente era la periferia y en el je me souviens necesito aludir a los más cercanos de entonces.

-Me acuerdo de que miraban tan atentamente sus intereses que cada vez veían menos.


Durante años creí que magnificaba.Ayer me contaron que hace mucho que se han quedado ciegos (no me puse demasiado triste, me sentí como cuando de niño te quitas con pereza los restos grises de una calcomanía )