sábado, 30 de mayo de 2015

Con infinitos ojos tácticos, y al sol, reescribiendo las chispas verdes.





Ésta mañana me he dado cuenta de que ya me habían llegado al balcón los pimenteros. Hay amigos a los que apenas ves y que te cuidan una barbaridad

-Mira por el balcón a ver si te han puesto una palmera.
-Han puesto una palmera, pero no a mí.
-Que sí tonta. Les habían regalado la palmera y me ha llamado Antonio preguntando donde vivías para ponertela en la puerta

Y ha ido creciendo enfrente un jardín flotante que al sol y con Lezama se deja pasear.

Himno para la luz nuestra 

De la inteligencia de la misa
a los placeres de la mesa,
el rayo vital no cesa
de engrandecerse con la vista.

Aunque el oído me da la fe,
la visión como un mastín rastrea
lo que el Arcángel flamea
en el punto donde no se ve.

Hay un perro que escarba quieto
el pozo donde el mendigo destella
la paloma, su buche secreto
rueda la mano de una estrella.

La música divide las hojas,
el otoño condecora al organillero.
De pronto, el hormiguero
sonríe, para que escojas.

La encina se encinta de penas,
los ecos en el bisonte y su mugido.
Las fiestas del sin sentido
estallan el acordeón, cruz de arena.

No araño una piel blandida
por el humo de escala secreta.
La piel quiere ser recorrida
por un humo y por una lanceta.

Apolo disuelto como un terrón,
ante la luz de difícil ombligo.
Huera metamorfosis de lirón,
Venus, en su otoño enemigo.

El joven luz, Apolo justo,
separa la hoja de la playa
de la tortuga que no raya
la meta del tiempo. Qué buen gusto.

magnífico paladar que se apoya
en la hoja que va a su desgaire,
Plumón y cierzo Don Aire
peina al revés la corriente que ignora.

El mercado dice la primera ley,
que la lluvia divida y escape.
Allí también el loco maguey,
ojo del diablo en su sarape.

El chillido del loro viejo
y el nacimiento de la alondra.
El mejor curador de pellejo
y el que vuela sobre una alfombra.

Diamante de los ciervos de antaño,
oculto su desliz en el espejo.
Cucaña del arbol añejo,
en la costumbre del espejo me araño.

Pero la luz descubriendo su rostro
y el agua consagrando su estatua.
Las cenizas que afloran al agua
reavivan al centenario Cagliostro.

Hay un cielo que no crepita,
cuando concurre a la siesta
en guirnaldas. Abre la espita,
acolcha la toronja su ascua.

Redondo amarillo que irisa,
fiesta del oro que estalla.
En el entreacto, la repisa
diseña el mantel tempestuoso.

No voy al oro final del bosque,
no escucho el trueque de guedejas.
Cierren el conciliábulo del preboste,
encadenen al puerto de Ostia.

Oculten la sortija del pez retornante,
destruyan el filtro que estraña
los extremos.Alejen a la guardia
del infante a la casona del este.

El dios mayor, armado todo
de metal, de lluvia y de semilla
hasta que la insolencia de las estaciones
rompió en risa la luz temprana.

Si el metal no toca la despierta;
si el cantante no extiende el mantel
para las lluvias; si la semilla
no es raptada por la manta profunda,

va una espuela a su herrumbre mortecina;
va la lluvia como llanto a la grupa
del caballo de cirso, y la semilla
se deshace en el caño azucarado.

El halo del canónigo de la trucha
hiere la uva del poniente
Diga la luz que nos escucha
la compañía del astro sonriente.

Ya que el espejo de Apolo no interpreta
el que servía a la luz, trayecto
en la luna, desdeñando el metal que reta
al rayo, a su ceguera fue devuelto.

Amargo fue, su ondulanción extraña,
medir la luz en su balanza,
ser y ser lo que no se alzanza,
resplandecer y ser huraña.

El murciélago que labia el fuego,
desdeñoso humeó en su gruta,
borrada del poliedro de la fruta
la oscura pulpa que nos ruega.

El secreto del castigado desdobla
el mando: sopla la boca
sobre la tierra cocida del barbero,
que desgarró las presunciones de la tiara,

ocultar las arrugas del armado
infiel, pámpano de napeas,
cuyo traspiés al ritmo de Apolo
lástimas son del oído mal juntado.

Órficas se consagraron las dos lunas
tocar y la dorada muerte del jabato,
cuando busca en los muslos la ciega orilla,
cuando la primera noche esparcen los colmillos.

Nos molestaba el quinto día de la luna,
la sabiduría sin poseer ni ser poseida,
cuando Júpiter movio el casco con la testa,
robusto acostumbrado al abrazo de los árboles.

Su piel sin tregua en el trineo,
las fichas salían del árbol al fuego,
armado todo, romper el círculo
fue lección al despertar venidero.

Apalear la serpiente al parimiento,
cuando los muertos son las ranas.
Délfica también la luz al templo
asciende, yerba de la herrería divinal.

Pero la luz igual bajó al hombre,
se encerraba en las zamarras barbiluna,
en el cántaro sin aguas, una
señal tejida se decidió a ser nombre.

Con su cítara penetraba las ovejas dormidas,
se le rendían los cielos en su potestad superior,
la músicas total en las proporciones escindidas
y el ritmo del gusano arador.

El arpa del niño y enfrente las barbas de oro,
en el templo la imagen del dios con estambres de abejas.
El pastor establece el ganado sonoro,
los métricos deseos y las guerreras quejas.

Cambia de nombre, pero no de progresión,
nuevo engendro del gusano y la plácida araña.
La arena reseca en fiebre el cordaje del son
y en el caracol se hace música y se daña.

Febo, efebo, Fos; que era  del linaje del fuego,
 y las respuestas para un tridente cruel y locuaz,
Dadnos la tierra que interpreta, es el ruego
de la saeta, de la semilla y del demonio rapáz.

Ocasiona muros, rapta el número que respira,
baña cada guerrero en su escudo agujereado.
Hay en la conducción secreta del fulgor de la ira,
los órficos compases del carbón preñado.

Luz junto a lo infuso, luz con el daimon,
para descibrar la sangre y la noche de las empalizadas.
Las tiras de la piel ya están golpeadas,
y ahora, clavad la luz en la cruz de la Pasión.






jueves, 28 de mayo de 2015

Viaje a la semilla


Con esqueje o con semilla, aunque también con bulbos, se multiplica.

Cuando somos neófitos reproducimos más por esqueje, excita mucho ver como se convierte en raíz la hemorragia de savia, luego va apareciendo la necesidad de viajar más lejos, al origen, y se mete uno en las paciencias y lentitudes de la semilla.

Éste año hemos decidido dejar el huerto en barbecho Quedamos una mañana para empezar la siembra pero se estaba tan bien debajo de la palmera que, como somos unas epicúreas y teorizar también nos mola, y además había venido de visita el ministro, nos quedamos escuchando al Séneca de la agricultura.

Que no haya huerto no significa que no haya quehacer. Al revés. Estamos en esa etapa en que la atención fabrica conscientemente los  trinquetes de la memoria:

-¡Mira cómo está la berbena que trasplantamos Inés y yo! Se hará gigante.

-¡Pero sabes qué es esto! ¡Dos baobab! Menuda responsabilidad.

-Me trajo Emma esquejes del lilo de tu abuela.

-Ese árbol salió de una semilla que me cayó en la mano por la calle, en Palma de Mallorca. Llévate, es bien bonito

-Que no pase este año sin que te lleves al molino bulbos de esas margaritas raras de mi madre.

Dice la anfitriona, y a mí se me ha olvidado traerle las semillas de agapanta que tengo secándose en el herbario.

Ya sé qué voy a leer esta tarde, que mande el azaaar. Amerita volver a Carpentier sin miedo al contagio barroco.

Dan mucho que pensar esos baobabs potenciales.

miércoles, 27 de mayo de 2015

martes, 26 de mayo de 2015

Tres haikus de primavera








Flagrancia de flor de ciruelo
de repente aparece el sol
dibujando un sendero de montaña

***

Una segunda vida
me gustaría vivir

como flor de cereza

***

Largas conversaciones
por lirios en flor
alegría en el camino


Matsuo Bashô (Japón, 1644-1694)
Traducción: Germain Droogenbroodt-Rafael Carcelén

domingo, 24 de mayo de 2015

Cómo no, las elecciones.






Las primeras urnas que recuerdo son de cuando tenía trece años, nos pusimos los de mi clase a vender lo que habíamos hecho en esa asignatura impronunciable, “pretecnología”, para el viaje de estudios. Entonces llegó un señor que nos lo quería comprar todo a buen precio para que desaparecieramos de allí.. Desde bien tempranito estuvimos viendo a Arturo Beltran, que era candidato, intentando persuadir, pero el fragmento que tengo grabado es la llegada de mi abuelo, que ante las insitencias contestó:

-Pa chicos está la siega.

Me cogió de la mano, me llevo a una cabina  y me enseño su voto en secreto y orgulloso. Era para el PT, el Partido de los Trabajadores.

Hoy son las primeras elecciones sin mi madre y la presencia de su ausencia me acompaña aún más. No reconocería a mi padre, que ha recogido con fuerza su testigo, ayer lo pillé diciéndo por teléfono.

-Estoy tan, tan, tan a la izquierda, Eli, que me voy a caer

Ojalá esta noche nos tomemos un ron por la Arsenia, otro por la Manuela, otro por la Colau, otro por Rosa., otro por el Echenique...mucho ron va a ser...con un trago largo por todos suficiente.

P.d La foto: No me gustan nada esos tenderetes entre un confesionario y un probador de boutique, nunca he entendido que uno se esconda para votar. En todo caso esta noche vamos a conocernos mejor, pase lo que pase.


viernes, 22 de mayo de 2015

El oso abrillantado y la mara Salarrue, mi mara.


No conozco a Neto porque era el ausente, pero convivir con  los que lo extrañaban tanto y con tanta poesía hizo que le fuera pillando afecto. Ahora chateamos de vez en cuando, pasamos juntos los nervios de los recuentos de votos en el paísito y, a veces, hacemos planes para volver de una a El Salvador. Qué sueño reunir al Tibu, a Vladi, a Manuel y a Neto alrededor de unas conchas, recién aterrizada, en el puerto de La Libertad, por ejemplo.

Mientras hago tiempo, tardará, me llegan desde Minnesota Osos Abrillantados.



Medialuz






He soñado una fuga. Y he soñado
tus encajes dispersos en la alcoba.
A lo largo de un muelle, alguna madre;
y sus quince años dando el seno a una hora.

He soñado una fuga. Un para siempre
suspirado en la escala de una proa;
he soñado una madre;
unas frescas matitas de verdura,
y el ajuar constelado de una aurora.

A lo largo de un muelle...
Y a lo largo de un cuello que se ahoga!

Cesar Vallejo


 La foto es un mejunje de estos días ente filtros y herbarios.

martes, 19 de mayo de 2015

¿Será Kafka?


¿También a mí me visita?

lunes, 18 de mayo de 2015

Embotando aromas.



Evoluciona a toda pastilla la colección de aceites aromáticos que le voy a regalar a la niña Blanch para sus masajes molineros en la camilla rosa pink, ya tengo de clavo, de limón, de naranja, de romero, de canela, de almendras, de hierba luisa, de gengibre, de incienso, de rosa, de lilas, de menta y ciprés, de hierbabuena. Todo con Aloe vera.

Acaban de matricularse unos cuantos buenos alumnos y estaba pensando que tengo tanta necesidad de que me agiten y me den la vuelta como los aceites, es muy saludable batir palabras, conocimientos, ignorancias y olvidos, convertirlos en burbujas diminutas que ascienden y en aromas que se posan. Repetir muchas veces el proceso, darle muchas vueltas.

 Dicen que el de romero es el que más estimula la memoria, pero eso lo consiguen todos.


sábado, 16 de mayo de 2015

Propósitos cántabros: escribir a mano y fumar en electrónico.





 
Rosa, una alumna del grupo anterior, vino a tomarse una cerveza conmigo y me contó cosas de su trabajo que me obsesionaron, por ejemplo el experimento sobre cómo nos afectan los teclados. El lado derecho del cerebro hace el trabajo emocional y el izquierdo el racional, cuando escribimos a mano textos técnicos el lado derecho descansa, cuando escribimos un poema, un cuento o un diario le manda las ordenes al izquierdo y el izquierdo a la mano derecha. Después de unos días los escaneres de los que habían escrito a mano textos técnicos estaban bastante grises, los que tuvieron que escribir un diario llenos de lucecitas.

Lo mejor de este oficio es lo que se aprende de los alumnos. Gracias Rosa por explicarme con tantos ejemplos y tan bien la maquinaria.

El que me vendió el cigarrillo electrónico fue Wiebe, el hermanito me cogió por banda en el Canela y se puso bien convincente con la importancia de la respiración.

La niña Blanch celebró mi descubrimiento científico sin asombros:
 -Siempre te he dicho que escribes mejor a mano que a máquina.


jueves, 14 de mayo de 2015

La Vorágine



Se ha montado un callejón latinoamericano Paco que está revolucionando la ciudad. Nada nos hace tanta falta como las conversaciones concatenadas, ese género de la otra orilla: unos llegan y otros se van pero la conversa permanece, y eso no es paja, eso es pensamiento colectivo.

-Mirá vos, no hables con esos majes peninsulares que los conocemos y trabajan en un periódico requetecontra de derechas, haceme caso eh Martita.

Me dijo Tania mientras Mara y la Ñata asentían. Como estaba tan entretenida con los cadáveres de barcos de la bocana de Blufields les prometí callarme, pero pensé que era bien chiquita esa barca para que consiguieramos no hablarnos. En esas que se puso una nica de la zona a contarnos su vida y rompió el fuego. Tres parejas por lo menos salieron de aquella conversación, se enamoraban todos los que transportaban la sandía de diez kilos que nunca nos cominos. Y amores de los otros a porrillo.

Disfruto proponiéndome alargar estos días mucho rato en la memoria, imaginando que vivo en Santander, que frecuento el callejón de la Vorágine, que vienen Isa y Eloisa a tomar vermout  y me espera en el Canela o en casa la familia Holandaluza.



miércoles, 13 de mayo de 2015

Se ven los fractales desde el limbo







Me habían dicho tantas veces que estaba en el limbo que me entraron unas ganas extravagantes de encontrarlo, aunque no lo consideré un asunto comentable hasta que Aurora Egido dijo en clase que habían quitado el Limbo en el Concilio Vaticano II

-Una vez que yo había descubierto a donde quería ir

Apostilló, con esa retranca casi invisible que doña Aurora se gasta.

Puesto que ya no existe se debe recrear, pensé. El limbo debería ser, para empezar, lo contrario del purgatorio, un lugar sin culpa del que no urge salir y en el que el miedo es imposible, un lugar en el que ¡por fin! te sientes absolutamente acompañado. Luego supe que es un sitio con agua en el que se pasea conversando. Encontré dos, el limbo es ubicuo e intemporal, las conversaciones de otros días, de otros años, vuelven a ser tejidas por el agua: y nosotras volvemos del mismo sitio convertidas en un manto túpido, de nudo prieto, que abriga o bien en una redecilla invisible.

-¿Nos metemos en el agua?
-¿Con este enfriamiento?
-Sí
-Dale, o nos morimos o resucitamos.

Dijimos ayer, y el futuro nos esperaba colmadito de paz, en el balneario, al final del Sardinero.

El otro limbo era hasta ahora La Torre Pons . Yo la pasaba a buscar, ella asomaba la cabeza por la ventana, a las siete y media ya estaba muy despierta y bajaba con bolsas de basura ordenadísimas, no se le colaba una colilla reciclando. Caminaba siempre deprisa, pero mucho más hasta que dejábamos atrás los edificios y el asfalto aunque, como era contradictoria, también se rezagaba para oler los parques. Es un vergel de olores este pueblo.

-No son los jardineros Miguel y compañía, no puede ser de otra manera, ese tiene buena cabeza, ¡qué maravilla estar enamorado de tu trabajo y hacerlo bien!

Decía, por ejemplo. Y ella sóla se daba pie para soñar oficios, era eterna su lista de “yo hubiera querido ser” Luego llegábamos al camino de cipreses que va al cementerio nuevo, a mitad de camino hay un alcuerce.

-¿Sabes todo lo que vamos a sufrir en este camino? Casi es mejor que lo comentemos ¡ufff la muerte!Venga, vamos por el alcuerce, que te estoy viendo y ya has elegido. Nos vamos a poner de barro hasta arriba porque regaron ayer, no lo ves. Ya lavaremos. Qué tontería no querer ensuciarse.

Y la próxima parada era la Torre Pons, el cigarro debajo del castaño, sentadas en el petril del abrevadero, al lado de un campo de amapolas, aguantándonos las ganas de tirarnos de cabeza en aquel agua cristalina, y ya metidas en algun asunto: “no veré a Rato en la carcel” “cada vez me resultan más enigmáticos los judíos” “ese personaje me chirría y te voy a contar por qué” “me encantaría reencarnarme sabiendo lo que sé para ser más valiente: no tengas miedo hija mía””la pareja es como una mala postura; mecagoenlaleche, no evolucionan, cuándo van a convencerse de que sólo es posible la compañía cuando no es obligatoria””o bien”de lo más importante son los dientes, y digas lo que digas, la mejor dentista María Victoria”

Teníamos una vuelta escarpada porque nos gustaba seguir la acequía. “Qué simbólicas las tajaderas” me dijo un día.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Der Traume in leven (El sueño sigue vivo)





El diálogo ocurrió en Adrogué. Mi sobrino Miguel, que tendría cinco o seis años, estaba sentado en el suelo, jugando con la gata. Como todas las mañanas, le pregunté:
–         ¿Qué soñaste anoche?
Me contestó:
–         Soñé que me había perdido en un bosque y que al fin encontré una casita de madera. Se abrió la puerta y saliste vos.
Con súbita curiosidad me preguntó:
–         Decime, ¿qué estabas haciendo en esa casita?
 Francisco Acevedo
Memorias de un bibliotecario (Burzaco, 1955)

martes, 5 de mayo de 2015

Ana Becciú






¿Qué viene a hacer..."

                                  A Reinaldo Arenas
¿qué viene a hacer
aquí el pedazo de vida
de ganas, de hilos?

la luz huele a encierro
el día amanece seco

¿olía la luz en el bosque
donde oculto escribías?
¿a encierro olía
o a esperanza
a voces
a canto?
¿a hilo que va a romperse
ahí
en ese bosque o
Parque Lenin?

¿olía a nosotros
toda esa opaca
lenineana opacidad,
a nosotros tan
antros
haciéndonos
los desentendidos?


domingo, 3 de mayo de 2015

Más tonterías sueltas.



1

Algo tendré que apuntar sobre la impresión que me ha causado el libro de Gershom Scholem, el amigo de Walter Benjamín, en el que cuenta la amistad, sobre todo epistolar, que ambos sostuvieron. Había leído mucho a Benjamín pero no tenía ni idea de cómo fue su vida, que fue mucho peor de lo que se imagina a través de una escritura tan templada. El susto más fuerte tiene que ver con su suicidio:siempre creí que había sido una decisión instantánea al verse acorralado en Port Bou, pero no, llevaba tiempo programándolo agobiado por problemas económicos. ¡Qué se puede esperar del disfraz de una Europa que puso a uno sus mejores pensadores en semejante tesitura!

2

Sobre todo que nada ni nadie me imponga temas ni me meta prisa, pero a veces resulta difícil inmunizarse: hoy todos balbucean ininterrumpidamente la palabra mamá y nosotras hicimos juntas quiche lorraine hace un año.

-Pero mira que soís pijas, yo tengo huevos tontos con longaniza.

Dijo la tía Emma. Veníamos de pasear por ese parque inacabado entre aceiquias que no encuentra adjetivos.

-Venga literata, pon un adjetivo a esta rareza, pero que no sea lunar, que la vida es demasiado corta para andarnos repitiendo.

Luego fuimos a fumar a la plaza del ayuntamiento, que apestaba a jazmín.

3

He decidido releerme todo Kafka en orden. Estoy con América. Kafka fue una de las últimas y más intensas obsesiones de Benjamín, ambos tienen un importante dato biográfico en común: nunca llegaron a Palestina aunque se lo propusieron ininterrumpidamente. La importancia de las cosas que nunca llegan a acontecer. Kafka más que un escritor es un mago nemotécnico capáz de distribuir las palabras y sus imágenes de modo que resulten inolvidables.

4

-Esa casa la ganó entera un tío abuelo mío a las cartas, pero poco más tarde perdió la mitad, y gracias a eso fuimos vecinas.

Cuenta M Jesús transformada en Susi sobre la casa con la que siempre sueño.

-Cuando la tiramos se decidió hacer la división con una línea recta, hasta entonces nuestras escaleras se comían vuestro salón, y vuestros dormitorios entraban en la primera planta, y aquella alcoba que tenía mi madre...

-Pero no nos oíamos, con aquellos muros era otra cosa vivir al lado, se invadían nuestros espacios, pero no nuestros ruidos.

Ayer hice migas, buenas migas, las cortó la tía Emma como hubiera hecho la Arse, ya sabe la estanquera que mi madre eran dos hermanas que fumaban chester. Después de perder a su interlocutora durante 74 años Emma necesita sobre todo buenas conversaciones. ¡Y gente joven!

-¡Si vieséis  se peinan las de mi edad!¡con un pelo ordenado detras de otro!