jueves, 23 de julio de 2009

Siempre nos alcanza lo imprevisto o una pesada y pesadilla


Tengo el mapa mental enlutado con los consejos de las estadísticas. Sé: que no comer, que no decir, que no leer, que no sentir, que no decir sobre todo, y que días no viajar, que no beber, a donde no ir, a quien no querer, cuando, cuanto y que no pensar.

Actuamos como si pudiéramos conjurar lo imprevisto haciendo listas en las que siempre se olvida incluir a las pesadillas que, despechadas, aprovechan para desarrollarse los nutrientes que encuentran en la enumeración de la que fueron excluidas. Así se van convirtiendo en una plaga; sin antídoto

La de esta madrugada no se diluía ni con agua helada, ni con paseos por el largo pasillo, ni con cigarrillos adobados, se obstinaba en ser reconstruida para ser recordada, era una de esas pesadillas que se dan importancia.

¡Lo que no puede pretender es que la cuente!

La imagen es de Antoni Miralda