lunes, 21 de diciembre de 2015

Lunes: entre el sol y la burina


Jesús Alonso


Cuando mi abuela se quedaba callada mucho rato y yo le preguntaba,“abuela, qué piensas”, siempre respondía:

-Pienso muchas cosas, tengo burina.

Yo hoy me he levantado pensando en un lector de Teodoro Adorno al que me apetecería recordarle que:

Un brazo no es un objeto, ni una cosa, y una oreja es muchísimo más que un intrumento. Si a alguien se le ha caído una uña del pie después de ponerse de todos los colores sabe, perfectamente, que ese montóncito de células agonizantes con calcio no está muerto del todo, por lo tanto aún no es una cosa, ni un objeto, ni un instrumento. Ni siquiera el ombligo es un objeto.Y además nunca tuvieron las vaginas dientes.

Cada ver siento más la obligación de escribir algo que se titule:

"El comandante, el escritor, el alcalde y las nubes tóxicas de la admiración".

Ni modo, hay que escribir sobre lo que se conoce.

Y claro, he recordado, otran vex,esta luminosa mañana, la cita de Luis Álvarez Falcón:

-La admiración es como el perfume caro, unas gotitas bastan, si te echas todo el bote no hay quien se arrime.

Y también está lo de la peluquería:

-Demasiados derechos humanos es lo que hay

Dijo la peluquera de al lado ( no me dejaría tocar la cabeza por alguien así, que todo suma y todo resta)

Y la cita de la Durás, tan exacta, que acabo de leer en el Fb:

"No es el sexo lo que me interesa. Me interesa lo que se encuentra en el origen del erotismo, el deseo. Lo que no se puede, y quizá no se debe, apaciguar con el sexo. El deseo es una actividad latente y en eso se parece a la escritura...

Y también pienso en el optimismo Tangu de mi padre, que anoche dijo: hay males necesarios. ¡Por fin hemos empatado,aunque sea con trampas! Puede ser curativo a largo plazo. (hay que pensar a corto, medio y largo plazo, decía mi pequeño comandante)

Y pienso en René, en René y en René.

(Y en el Chele. Carlos ¡el Chele me ha encontrado! El sábado de madrugada, como un milagro, apareció el Chelito, por fin, después de veinte años de espera)