¡Todavía era una ignorantona!
Esa es la frase que me gustaría
repetir el año que viene, el próximo y hasta que me dure esta capacidad de
tontería. Porque no conozco una impresión que refresque tanto como la de seguir
aprendiendo cosas que dislocan todo lo demás. Lo mejor para aliviar el
cansancio de uno mismo, para irse de vacaciones de veras, es agregarse a territorios que ni siquiera imaginabas.
Ganas me entran de redactar unos
cuantos consejos de belleza relacionados con esa idea.
Me fui cuando logré entender, mucho después
de formulada, la pregunta pertinente. Siempre hacen falta la pregunta central y las palabras exactas:
-¿Te vas a quedar aquí viendo
crecer los árbolitos?
Me dijo delante de la chimenea la
niña Blanch el día que planté dos granados, un peral, dos melocotoneros, una
higuera, tres jazmines, un zapote, un níspero, dos limoneros, una papaya, dos
matas de maracuya y un cerezo.