jueves, 10 de mayo de 2007

Laura, los amigos y el café



Laura, mi Ada madrina, se ha contagiado y ha abierto un blog que se llama Crónicas de Tedia, además me ha puesto una constricción, dice que debo hablar más de mi misma, y yo tengo la sensación contraria, que sé me va la mano hablando de mi. Yo sé que una mujer sin atributos nunca debe precipitarse, pero también se que a Laura hay que escucharla con mucha atención

¿Y qué cuento ahora?. Ah, si, lo del café.

No hay nada más grato que amanecer en las casas de mis amigos, somos una familia enredada y sólida, por tener tenemos hasta medica china y abogada en la familia, tenemos amigos y amigos y amigos que se van transformando en parientes, pero hay algo que en ningún sitio de los que duermo está del todo resuelto: el café.

En casa de Nacho la cafetera es ininteligible, en casa de Marisa nunca he podido encender la cocinilla, dicen que me falta energía y la vitroceramica no me obedece.
En casa del Joselin, hace un tiempo, ¡tuve que hacerme un café con la malla de los limones!.

Y por hoy nada más ¿he cumplido?, ya he contado algo de mi, que me pongo ciega de café de puchero y que siempre ando vagando por muchas casas que son también las mías.