viernes, 18 de julio de 2008

Conciertos y momentos de absoluto: Roberto y Paul Weller




El miércoles sonó otra vez ese acorde capaz de atravesarnos la biografía (cómo no nos vamos a encontrar si tocaba Paul Weller). Se nos independizó primero la cabeza y luego el cuello, y enseguida siguieron un píe y una mano.

Y Roberto me oyó cuando pensé:

-Si uno de los dos no sale corriendo no podremos parar

Por algo decía siempre que nosotros nos habíamos casado para poder beber agua de la botella a morro sin broncas y para poder bailar a cualquier hora