martes, 24 de marzo de 2015

Mauricio Medo


Influenza

Pues él sabía que esta muchedumbre dichosa ignoraba lo que se puede leer en los libros, que el bacilo de la peste no muere ni desaparece jamás, que puede permanecer durante decenios dormido en los muebles, en la ropa, que espera pacientemente en las alcobas, en las bodegas, en las maletas, los pañuelos y los papeles, y que puede llegar un día en que la peste, para desgracia y enseñanza de los hombres, despierte a sus ratas
Albert Camus



1
basta de trepar a los aviones que emprenden vuelo en la deshora
basta de caer desde tu beso sobre los tremos de su honda turbulencia
basta de deshablar en trances celulares alelado ante mi ruido
basta enjundia de súbitas querellas porquítame estas pajas
basta de volver a marcar poseso digital tu código de acceso
basta de flyers posts emails…
basta de fingirse natural, meditando la vida conyugal en una jaula
basta de ver por ahí al poema y susurrarle albur-azar por serendipia pura
arribo del transtierro- libre de alquilarme abyecto ganapán por unos óbolos
judas de mi cristo ábrome paso por el psicosocial temiendo sorprender
en mi lugar a un doppeldanger -inquilino de mi tálamo -cortesano de ti
temo también que mis hábitos hayan olvidado fobias y adicciones
que mi ausencia del poema me constriña pájaro en jaula apenas
con albur-azar en la garganta
temo que al verme el perro ladre no a mí sino a esa ausencia
ábrome paso:
cincuentonas con máscaras antigases otras, cholas, esputan el pañuelo
por el altavoces canta el locutor:
384, 485, 586,687…
y
rueda la bolilla de la súper A(H1N1)
nuestro guión: toser y toser a pura cepa y sin vacuna infestando
cerdos pollos reses (los diarios nos dirán cómo a los peces)
ilusionados con el rol de extras en algún report de la CNN
arribo del transtierro /desde otra órbita /fuera de mí/ y lo único ahora es
el pavor por tener que descifrar las claves de mi propia partitura
en ella mi amor exponencial y cárdeno
la tierna parva de achiperres acechando el manzano
& la bravura de mi perro apiojada
por ello, señor- dije al chofer- sí, probablemente esta gripe sea
una puta manipulación química
con qué distraer la veleidad musulmana
pero en mí la única aflicción que quepa ahora es dar la talla
y cuando llegué el viejo medo bramó:
¡aquí mi judas¡
mientras reías (y reías)
pavana



2

de nariz a encender la obscura luz de su secreto lupercal
va el zafio cabrón mientras estornudan
796 víctimas de A(H1N1)
                                             -¿tío qué cosa esmu-sul-mán
¡1000¡  otra vez oye la voz del chofer “puta manipulación”
vibrando en la escarcha que hiela rúbea en su piel
pero ni el frío y su vapor neumonal – mientras en la radio
la A(H1N1) como un hit musical
va de nariz
volver implica para él, recomenzar
ya no como un diligente ganapán
sino, más bien, como ingente hacedor
donde sólo ácaros y dentritas de polvo
fuera de toda descripción
objetivista y neutral
va sólo como un modo de comprender la realidad
con todos sus yoes y túes tosiéndole en la espalda
¿dónde me estoy mi amor?
vas de nariz al lupercal desde el transtierro
cuando ya son 1001 víctimas
                                    y la A(H1N1)
vibra alf layla wa-layla
con la voz de scheherazada
(o mejor como una “puta manipulación”
con qué dar cebo al cameramen)
no me corro yo, cabrón
(medo es otra “puta manipulación”)
para poder hablar
de cómo escarcha el ande
(lejos de la voz del locutor,
sin rating)



3
pero de que he vuelto no quepan dudas: ve el beso
                                 rabiar en los labios de mi amor
el resto es una “puta manipulación”
 la voz del fercho me hace escribir aún contra mí
y vuelto ¿eh? es decir al principio – wu-wei
hasta calzar en el poema, ya exangüe, glosolálico
                                               y por serendipia pura
aún dudo si escribir contra mí constituya una praxis política
                                    o una estrategia musical
pero funciona, en cuanto nombra la realidad
                                              con nuevos sustantivos
                                     trovar clus
he vuelto de ver face to face lo que de ayer más temía:
                             otra “puta manipulación”:
la rutina: sus días repitiéndose pesados como los pasos de un waltz
de comprender que ayer es sólo otra más:
                           la de la idealización banal de lo que ya…
           (la cual convierte vida en un sema bisilábico, efímero y brutal)

¿qué comprendería el fercho por “puta manipulación”, eh?
tampoco lo sé.
fue proverbial.
hay algo sabio en la oralidad, algo que, es cierto, se tizna
con las nuevas posibilidades de escritura y subjetividad
(chats, MUDs, posts, flames, spams)
todas con ese matiz tan verne, que habría, y sólo
por un momento, considerar  toda voz
como la nota de un pentagrama panfónico,
y ya no escribir,
                                     sólo callar
escuchando toda esa bulla atroz como a un poema.
sobre esto nada dice el locutor.
¡ gripe pituca¡- exclamó al ver la bolilla de la H1N1 rodando
por la casilla 2008, casi a tiro de año,
siempre tan cool, tan tamiflu , tan made in isla caribeña,
                                               que implicaba un status

nunca he visto
- escribió aurora bravo- en nueva york, suiza o ámsterdam
                                     que la gente se muera por el friaje,
                             aunque los inviernos registren temperaturas más bajas
hay una semejanza liminal entre helar el pulmón
                                     a -18 grados centígrados
y escribir poesía
         
            aunque esta sea cascajo para el orden social,
                                                             una utopía

El trampantojo de enfrente.




Creo que ese de enfrente es mi trampantojo favorito, en el taller estuve descuartizando casas, no podía haber tenido un paisaje más diverso e inspirador para hablar de las ventanas y los miradores, los ojos de la casa, que el que se ve al subir la persiana. Ni podía alojarme para estrenar ese curso en casa más parlanchina que esta, estoy segura de que hay espacios que retienen más el tiempo y aquí recuerdo en qué esquina hablamos de qué y en qué rincón he leído qué poema. 

Pero volviendo al trampantojo, todavía disimula mejor por la noche