viernes, 25 de diciembre de 2015

En un instante de claridad mesopotámica






Para disipar el ánimo que deja tanta niebla y la escasa visibilidad, me he tumbado a releer a Gonzalo Escarpa.


LA CEREMONIA DE LAS HORAS TUYAS. 
Es esta frente de carbón y suelo
esta felicidad azul de huérfano
absorto y dado a claudicar
ante el desorden la basura
que nos rodea el rit(m)o de las horas
perdidas y un instante
de total claridad mesopotámica
que hace alzar los brazos y es un sí
la oración es inútil y lo sabes
pero no dejas de rezar
un día en que dichoso he compartido
el trozo que me dejan en el plato
del templo
----------------y la mutilación de las estatuas
de la que surge la belleza nada
hay para mí más alto
que ver que estás alegre
la voz de aníbal --éste
el único presente
que te traigo
-------------------la ceremonia de las horas tuyas
ahora la dentellada de los otros
no entorpece este júbilo esta viva
profusión sin final
aquí está toda
------------para los gritos para los escándalos
esta necesidad esta manía
que tengo de vivir.