El pueblo de al lado está a tres kilómetros por el camino, mi padre es de allí, ellos no son un pueblo, llevan toda la vida repitiendo que son barrio: pertenecen a la capital (aunque nosotros estamos más cerca) Ellos no son agrícolas, siempre fueron industriales, más glamurosos. Ellos no tienen historia, como su propio nombre indica: Casetas. Octavus es de fundación romana. Los dos lugares tuvieron durante muchos años el mismo censo de habitantes: 2500, y se dedicaron a simbolizar dos mundos irreconciliables. Luego llegó nuestro gobernador de fuelles y paraguas, Pascual, y desfizo el entuerto. Ahora en Utebo hay 16.000 almas y los caseteros siguen igual.
¿Por qué les ha sucedido esto?, se preguntan cuando tienen que agachar las orejas y venir a nuestro teatro, a nuestra sauna y a nuestro restaurante chino y han tenido que dejar de llamarnos pueblerinos al unísono.
Pues yo lo sé. Por el reloj. Por ese reloj parado a las cuatro y veinte desde hace treinta años que tienen en medio del pueblo (perdón; barrio). Como soy un hibrido colaboro con el enemigo y (eh Juana) llevaba años advirtiendo:
-Hasta que no pongáis el reloj en marcha aquí no va a pasar nada.
La semana pasada me llamó el señor Almenara: esta semana van a dejar se ser las cuatro y veinte en Casetas y tenemos que celebrarlo. ¡Por fin!. Digo yo que me he ganado una cena.
plebeya proposición primera
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*https://archivoorsini.com/2025/03/20/plebeya-proposicion-primera/*
[...] *no escribir ya más que poesía o como poesía** o desde la tripa
afuera y desde...
Hace 2 días