miércoles, 30 de junio de 2010

Noche con estrella


Si tanta era la obsesión por la calidad de vida, ¿por qué hay tan pocas camas con una claraboya sobre la almohada?


lunes, 28 de junio de 2010

Space Oddity o noticias de Roberto



Entonces poníamos la canción elegida para lanzar los mensajes desde el cassett del Diane 6. Estrene el coche y una cinta de Bowie juntos, el día que cumplí 18. Luego estuvimos comunicándonos allí, así, con palabras de otros, mucha gente y mucho tiempo. ¡Me duran los coches!

Ahora las canciones llegan por Internet, ésta me la mandó ayer Roberto al correo, ¡el rey de las versiones! ¡no hubo orejas más cuidadas que las mías durante los años que estuve a su lado!

Recuerdo que entonces, en cuanto entraba en el coche quien tenía que darse por aludido con una letra, la cinta se atascaba o nos poníamos a hablar de otra cosa y se había pasado el minuto de absoluto, la verdad es que ahora también se quedan ahí mucho rato esos archivos, hasta que los abres y no los puedes cerrar.

Siempre tiene razón Roberto ¡qué versión la de Piter Murphy!

sábado, 26 de junio de 2010

Azar: una acción de Luján y las letras de Alberto.





Luján llegó cargadita de cuerdas de colores a Parador del Sol y las ató, las atamos, entre los bolardos de la calle, pasamos toda la mañana en la acera, hablando con el que preguntaba, mirando a los que no lo hacían, haciendo fotos, leyendo el periódico. La primera señora a la que Luján respondió no se sorprendió con la respuesta, al revés, dijo que iba a venir a ayudar en cuanto preparara la comida, pararon niños, un señor mayor al que le hizo una foto de la que reclamó una copia que ella le enviará, más niños preguntando, la policía, que ni se inmutó. Por la tarde estuve mirando por el balcón y todo el mundo paraba y se preguntaban entre ellos, salí y, a la vuelta, encontré a una pareja discutiendo, él decía que eran para sentarse las cuerdas en los bolardos, ella le decía que era tonto, también vi a unos cuantos niños, estaban esperando a que terminara la escena para llevarse las cuerdas, que no eran para nada, pero también servían para sentarse. Fueron desapareciendo los colores y a la mañana siguiente sólo quedaba la blanca, que fue la primera.

Más sobre aquella mañana en su interesantísima web Luján Marcos

Conocí a Lujan porque la trajo al Molino Alberto. Eso de sembrar árbolitos vincula al lugar y van a volver a venir, espero, porque se ha de echar mucho de menos la voz de Albereto por el porche ensayando esas jotas suyas con esas letras que nadie debería perderse.

El Hit es el amor morrocotudo, aunque yo me canto más el cansina. Ya tenía yo ganas de oír letras como:

Vente conmigo

Conozco un descampao

Alguien ha puesto allí un par de bancos

Y podemos tomarnos algo.

O

Siento como sopla tu amor como un ventilador

y no oculto el temor a que salgan disparadas tus aspas

y me desmembren, o me castren, o me decapiten.

Y

Ay que mal se me dan las relaciones

Con los demás….

Si me cruzo en la calle contigo y no te saludo

No te rayes, estaría en mi mundo.

¡Es tan difícil vivir dentro de mí!

Todas son buenas

En fin, que yo que vosotros le prestaría unos minutos de atención al Palentino, también.

jueves, 24 de junio de 2010

Entrevista a Benito del Pliego


Siempre merece la pena oír a Benito, ese privilegio que llega con el verano.


la imagen también es suya

miércoles, 23 de junio de 2010

La responsabilidad es del carbono



Pero voy a contar en cambio solamente una historia más, la más secreta, y la voy a contar con la humildad y el comedimiento de quien sabe que desde el principio que su asunto es desesperado, su medios débiles, y el oficio de revestir los hechos con palabras condenado al fracaso por su misma esencia.

Lo tenemos de nuevo entre nosotros, en un vaso de leche. Está inserto en una larga y completísima cadena, y de tan naturaleza sin embargo que casi todos sus anillos son aceptados por el cuerpo humano. Es deglutido, y como toda estructura viviente entraña una salvaje desconfianza hacia cualquier aportación de otros materiales de origen viviente, la cadena es meticulosamente destrozada y los trozos aceptados o rechazados uno por uno. Uno de ellos, el que nos concierne, traspasa la barrera intestinal y entra en el torrente sanguíneo; emigra, llama a la puerta de una célula nerviosa, entra y suplanta a otro carbono que formaba parte de ella. Esta célula pertenece al cerebro, y este es mi cerebro, el de mi "yo" que escribe, y la célula en cuestión, y dentro de ella el átomo en cuestión, se encarga de mi labor de escribir, en un gigantesco y minúsculo juego que nadie ha descrito todavía.

Es la célula que en este instante, surgiendo de un entramado laberíntico de síes y noes, hace a mi mano, sí, correr sobre el papel en una determinada dirección dejarlo marcado con estas volutas que son signos: un doble disparo, hacia arriba y hacia abajo, entre dos niveles de energía, está guiando a esta mano mía para que imprima sobre el papel este punto: este.

Primo Levi
Cuentos completos. El Aleph editores

martes, 22 de junio de 2010

Sobre escribidurias


Los estados de ánimo tienen que ver con la permeabilidad, con la resistencia que algunas sustancias químicas cerebrales ofrecen al exterior, ya que cambian la textura y el tamaño de lo que nos rodea. Cuando tenemos la impresión de que todo es siempre igual y se ha consumido mil veces es verdad, estamos haciendo café de recuelo, una y otra vez, eso en psiquiatría se llama recaptar la serotonina.

No hay que confundir la depresión con la tristeza, no hay tristeza importante que no se entrevere con sonrisas, la tristeza nota mil matices en lugar de remitirse una y otra vez a las mismas impotencias.

En todo caso no sé porque cuento todo esto, hoy no estoy triste. Y eso que estamos en época de despedidas, Miguel se despide en el blog, Daniel va a dejar de escribir definitivamente, la niña Berdor Corrales no me escribe nada, aunque yo sé que lleva un imán de sentidos en la cabeza, como María José, Carmen tuvo que irse antes de tiempo por su lío de interculturalidad y bibliotecas, y también se fue Pilar, pero sigue Rocío, hicimos piña, Daniel y Rocío se vienen al molino y no van a tener la oportunidad de agujerear la vida (literaria) con vacaciones, que decía Musil. Menos mal que Elena y Juliana están imantadas por Dolores Koch, llevando al ápice cada historia y bordando hiperbreves, y que Pedro va raudo, fue abducido en la primera conversación por esas chicas y el chico, Cesar, que uff, qué rico, tira con agilidad de su historia, y también gracias a que encontré a la enormísima Bea en clase después de muchos meses, apareció el día de mi cumpleaños con una tela preciosa y kilométrica que me había encontrado en la India, y con muchas sorpresas que enseguida le urgirá contar.

Otro alivio es que ninguno de los mencionados tiene como prioridad vital ser escritor, aunque tienen como prioridad vital contar y escribir.


viernes, 18 de junio de 2010

Caetano y la tristeza


Pocas veces pongo a Caetano, me gusta pero me pone muy triste, por eso lo oigo hoy, porque estreno un género, el de la más dura de las tristezas. La que produce la muerte de un amigo.

jueves, 17 de junio de 2010

Para Lauri


A él le gustaría que yo elija este poema para decirle adiós.


Un collar tiene el cochino
calvo se queda el faisán
con los molinos del vino
los titanes se hundirán
Navaja de la tonsura
es el cero en la negrura
del relieve de la mar
Naipes en la arenera
Fija la noche entera
La eternidad
Y a fumar

José Lezama Lima

miércoles, 16 de junio de 2010

Desafiando el silencio en TVE


No hay nada mejor que sentirte orgulloso de tus amigos, yo tengo una gran fortuna, ayer fue mi cumpleaños y tuve ocasión de pasar lista, todos los que lo sabían dejaron mensajes en mil agujeros y mis alumnos me hicieron una fiesta virtual a las doce y cinco, y a la fiesta llego el correo de la niña Blanch que sabe que nací a esa hora.


Por la mañana pusieron en televisión un reportaje sobre la campaña de Lola Mora contra la violencia sexual que me pareció el mejor regalo.

Gracias Jesús, mis niñas están encantaaaaaaaadas

Se puede, se debe ver en la página de Lola Mora

Estoy empezando a tenerle simpatía al Facebook, ¡cómo no si encontré allí a Taida el sábado
y ayer había mensajes tan hermosos como el que Tatina (una Lola Mora que falta) me escribió desde París:

Niña Marta, aquí no llueve, pero está gris, de ese gris que sólo esta ciudad sabe fabricar, como helado de plata... y ahora mismo que estaba evocando tu cumple y la llamada que te haré en un rato, resulta que la nube en cuestion tiene amarillos limón, verdes limas, anaranjados rosaceos de higo chumbo, algún azul barbapapá... y algunos colores más que deberías venir a disfrutar...


la foto me la regalo la Blanch de Vero, después de ver el reportaje se entiende mejor por qué la llamo así.

lunes, 14 de junio de 2010

Taida y un mundo de cuento al lado de la Ínsula Barataria




Ahora no me atrevería a enfrentarme a aquella cuadrilla de quinceañeros de Pedrola, entonces tampoco fueron fáciles los primeros días, pero yo tenía 25 y enseguida nos hicimos amigos. Probablemente fueron mis años más creativos, sin duda fue el trabajo en que he recibido más, más de todo. Había en aquel pueblo un inteligentísimo concejal de cultura, no porque me contratara y me diera la encomienda de “desasnar” dijo, a esa cuadrilla, sino porque era un hombre flexible y sensato.
Pedrola es un pueblo de la ribera del Ebro, en su palacio es probable que se inspirara Cervantes, que lo visitó, y entonces Alcalá, que está a dos o tres kilómetros, sería la Ínsula Barataria, hay un cartel en la carretera que lo afirma y todos lo creemos. Además en Pedrola hablan otro idioma, ¡a la nevera le dicen Frigide!
Aquel concejal del que hablaba me dio permiso para dar la clase dónde me diera la gana. Duro años, tres o cuatro, aquel acompañamiento, empecé siendo aún librera y lo dejé cuando me fui la segunda vez a El Salvador, así que terminaron siendo como hijitos. Había un núcleo duro, como en todos los sitios, Marcos, Taida, Marta y María Pilar, que son hermanas y se llaman como mi hermana y como yo, los otros iban y venían, pero al concejal tampoco le importaba lo numérico, si aprovechan dos contagiaran al resto, pensaba.
Intenté adaptar cada película, cada texto y cada conversación a lo que les iba sucediendo, hablábamos, claro, de sexo, de política, de música, de amor, de drogas, aunque la verdad es que yo me fumé el primer porro en serio con ellos y tenía ya casi 29. Cuando tenían el examen de la Celestina hicimos un filtro amoroso y, cuando les toco el Quijote, leímos El Diario de la Duquesa en el patio donde se inspira. La tía de Marta y María Pilar eran la guardesa del palacio y nos dejaba entrar, y también hacer el recorrido con las visitas, ¡y eso que Marta había roto un cuadro de Goya de pequeña con el taco del billar! Poder cambiar de aula sólo tiene ventajas, dimos clase en el río, en el pub, en la biblioteca, en la sala de exposiciones, en el palacio, un día nos fuimos a merendar a la Ínsula Barataria y, con frecuencia, la cocina de Manolita, la madre de Marta y María Pilar era nuestro refugio, era el lugar más agradable de la tierra aquella cocina con cocinilla de leña, o en la cuadra, si le tocaba a una de las dos ordeñar. O de pijamada, toda la noche, si tenían un examen.
Recuerdo que vino una Salvadoreña algo pija a visitarme y la lleve. Cuando Marta dijo que se iba a ordeñar exclamó –qué niña tan graciosa-y Marta se enfadó. María Pilar adoraba los caballos, no sé si habrá sido veterinaria, de Marta sé que tiene una niña, una vez me cruce con Marcos en la autopista, y me reconoció y pitó, pitó y pitó y nos salimos a tomar un café. Me puso verde, me dijo que se estaba dejando el pellejo en el sindicato de su empresa y que era por mi culpa, vivía con una brasileña y seguía teniendo aquel titubeo feliz. Pero es imposible no preferir y yo siempre preferí a Taida, la volví a ver en Toledo, en el centro de tetraplejicos, meses después del accidente. Aún lloro cuando la recuerdo dándome ánimos ella a mí. Tenía un reportaje en la cabecera de la cama sobre el experimento de la rata que había vuelto a andar y estaba segura de que estaba a la vuelta de la esquina, y me describía minuciosamente el suelo de Toledo visto desde la silla de ruedas, recordaba que es importante para mirar cambiar las distancias, Marta siempre decía que desde dónde mejor pensaba lo que iba a escribir era desde el tractor.
Muchos años después, anteayer, apareció un mensaje de Taida en el Facebook y ayer estuvimos chateando. ¡Nos marcaste! me dijo ¡no se puede imaginar cuánto me han marcado ellos a mí! Hay intensidades que no pueden ser sino recíprocas.
Esta semana porque la operan, pero la que viene vamos a cenar.
¡Con velas! dije yo, ¡y con tinto! dijo ella.
Nunca se sabe por qué esquina te va a asaltar un regalo que no imaginabas.
La foto es de Taida con su sobrina.

miércoles, 9 de junio de 2010

la luz del aula de octavo o otros batientes

En el aula de octavo se entendía mejor, y era por la luz, tenía seis ventanales enormes que daban a dos calles, ¿o porque era un cuadrado perfecto? En la de séptimo B también había seis ventanas, pero era rectangular y todo se entendía menos. Éramos muy pocos en octavo, menos de diez, seguro, y teníamos tres buenos profesores: quizá por eso se entendía tan bien allí.

Aquel día, don Jesús, que era el de lengua, nos dio aquella asignatura impronunciable: pretecnología. Teníamos que aprender a poner una bisagra. Se confundió un momento de disciplina y dijo que las frases en los textos deben ser como bisagras. Esa obviedad, y las que la siguen: que las palabras son como los tornillos, y el silencio como los agujeros, y la finalidad de una bisagra es hacer que gire algo; ventana, puerta o texto, siguen teniendo algunos días la luz del aula de octavo.

domingo, 6 de junio de 2010

A la recherche de la lectora de perdida

Yo iba a conocer el edificio de la nueva biblioteca, poco más, y claro, di una vuelta por las estanterías, nunca puedo irme sin saludar, están los lomos de siempre, Las mil y una noches, Stivenson, El cuarteto de Alejandría, Bertold Brech, María Zambrano, Chejov, Kafka, Faulkner, Calderon, Lorca... desde que tengo memoria permanecen inmutables, por mucho que los cambien de edificio. A los recién llegados los miro un poco abrumada, lo mismo me sucede con la gente en la calle, ¡son muchos desde hace muy poco!

Aun así, a veces puede uno ver, el viernes encontré a un recien llegado deslumbrante, y me sentí como si me estuviera esperando.

¡Además llevaba el carnet de la biblioteca en la bolsa de la piscina! y dicho y hecho, nos fugamos. Gran reencuentro el reencuentro con Primo Levi, habíamos coincidido hace unos años y lo disfruté mucho, ahora no puedo parar de leer, tengo la sensación de haber recuperado millones de papilas gustativas, y también tengo ese picorcillo en la palma de la mano, y esa urgencia infantil de recomendarlo.

sábado, 5 de junio de 2010

Anécdotas y anecdotillas


Hace tres años, creo, fuimos en el coche de Laura a Punta Umbría , con las dos Blancas, y, en alguna permutación, cuándo me tocaba de piloto o copiloto con “la veloz”, se puso a contar todas aquellas situaciones en las que dar le había reportado el doble, ¡prueba continuamente!¡prueba! me jaleaba.

Al día siguiente estaba en la puerta del lugar en el que se recitaba (no recuerdo como se llama, cambia cada año) y salieron dos parejas que me pidieron fuego, les di y luego, la más valiente de los cuatro me dijo:

-lo que realmente queremos no es fuego, es el mechero, nos vamos al hotel y no llevamos ninguno entre los cuatro.

Les di el mechero y la próxima persona a la que pedí fuego, alguien a quien no conocía, me dijo

-Llevo dos, quédate uno

Avance hacia la puerta con una sonrisa de oreja a oreja, buscando a Laura para contarle que sus indicaciones vitales nunca caen en saco roto, pero me encontré a Antonio Gómez, que señalando al tronco del árbol en qué se apoyaba, me dijo

-Fulanito ha dejado de fumar, definitivamente, ha dejado ahí el paquete de tabaco y dos mecheros, para ti.

Fue una noche muy larga que, como todas las noches largas, recuerdo en orden, estábamos viendo las despedidas desesperadas de los grupos de adolescentes en el albergue, a las seis de la mañana, ccon Irene y otra chica y el Casellas , cuando encontré en el bolso un mechero que no coincidía con los anteriores, entonces llamó mi hermana porque habían intentado violarla, me fui hacia la playa para intentar calmarme y calamarla, ¡cómo se te ocurre ir a la playa sóla! me dijo, luego te llamo, le contesté. Me encontré a Braulio en la playa, que me encendió un cigarro tras otro y asentía, con tranquilidad, mientras yo hablaba por teléfono.

Luego pasee mucho, y terminé desayunando sola en la otra punta de aquella playa, tan larga que recordaba el final de las películas de Felini

En algún momento de esos huérfanos vacié desesperada el bolso en la mesa y salieron ocho mecheros, luego, claro, me fui a dormir, bien tranquila.


La foto es de la gran Yolanda Perez Herreras, que siempre nos mete en sus corazones.

viernes, 4 de junio de 2010

De Sonia a Sonia


Sonia Fides me la puso el domingo por la noche y me saco del ensimismamiento. Merci.
Hoy se la pongo yo a la Santon, que está ensimismada.

martes, 1 de junio de 2010

El horizonte ofrece el aspecto de una confianza mal colocada


Y yo sigo pegadita a Larrea:

Naturaleza indebida

Al partir del olvido con fingidas rosas
un sol verde a medida del deseo desnuda el mar
alrededor de un fuego quebrado esperan las heridas
el regreso de la cabeza en que se perfila la noche

La hora del saber dejada en suspenso sobre la ribera
a golpes de espejismos corta la retirada de los ríos
y allí donde el corazón se instala como en un relámpago
la esperanza espesa sus sauces hasta que el invierno
aprenda a distinguir a simple vista su júbilo de un hermoso vestido

Gota a gota en el caminar puro y breve
alrededor de las manchas del sueño nacen como tejidos de urgencia
arcos-iris en celo para los que saltan el delirio
nombres de velero para los menos prontos que sonríen.

Juan Larrea Versión Celeste Editorial Cátedra, y el título también es de Larrea, que hacía malabarismos con los horizontes.

La imagen es de Dave Muller