domingo, 14 de septiembre de 2014

+ Sobre mitología rural.


Ortega Muñoz

 

Del tanatorio recuerdo pocas cosas, a quien mejor recuerdo es a Luisita Bel, con el mismo diminutivo, pero muy mayor.

-Tu madre entró a servir en mi casa a los quince, y cuando tenía fiesta yo tenía que llevar a mis hijas pequeñas a casa de tu abuela para que les siguiera contando historias.

De aquellos ricos más cultos ella aprendió a hacer la cama como si hiciera papiroflexia, a ser una clasista, de clase baja, con rigor y elegancia, y a deleitarse, ya mayor, con la existencia de Gil Bel: se comportaba releyendo su biografía como si, por haber compartido el mismo espacio, le hubiese dejado un encargo que tenía que descifrar.