El amor.
El gran amor loco, de dimensiones desorbitadas
Aquel que brota con ímpetu de todo bicho viviente.
De la encina, de la casa, del alero y la briza de hierba,
del pecado y del odio
Que se posa con mansedumbre en la faz de las cosas más
sencillas, como por ejemplo, la hoja, la mosca, el almirez.
Al pasar junto a los viveros de pequeñas plantas el alma irradia en todas direcciones
y se pierde, entretenida en un juego no parecido a ningún otro.
Es el alma muda.
Alma sosegada
Alma a cuyos oídos no llegan rumores.