viernes, 18 de agosto de 2017

La presencia de la ausencia




Nuestro modo de narrarnos está contaminado también de ese relato lineal que quiere el progreso. Siempre se abusa de las metáforas deportivas: saltar obstáculos, superar, dejar atrás, y el yo complejo, exhausto y asustado de nuestra época sigue perdido en bucles, claroscuros, idas y venidas.

La vida nos da siempre el vuelto. Yo no quería tener hijos y me pusieron un parque infantil en la puerta, no quería tener fechas señaladas pero cada 18 de agosto desde hace tres años me modifica. No se entiende la vida en la primera vuelta, hay que darle chance al mismo dolor para que nos siga cambiando.

Mamá gata sí que sabía dar saltos en el relato. Extraer lo significativo. Abrir preguntas. Suspender el juicio. Como a Buñuel le gustaría leer unos cuantos periódicos de tanto en tanto. Cuando los leo por ella celebro todos los disgustos que se ha ahorrado. Si no estar alienado es que nada te resulte ajeno, una de las personas menos alienadas que conocí era mi madre.