martes, 12 de septiembre de 2017

¡La intimidad!



Cada día aprendo términos nuevos, cualquiera por aquí utiliza en una conversación quince o veinte que solo había visto en los escritos. Pero sobre todo me dejan perpleja las metamorfosis que cada palabra tuvo cruzando el charco,  las diferentes acepciones prestas para generar unas veces encantamiento y otras malos entendidos.

Ayer, por ejemplo, comí en casa de Samantha, teníamos que corregir una entrevista. En una pregunta apareció la palabra íntimo y ella la veía fuera de contexto. Poquito a poco descubrimos entre las dos que en México la palabra íntimo solamente se utiliza para hablar de relaciones sexuales, está absolutamente erotizada. ¡Cuántas veces habré dicho la palabra íntimo fuera de contexto! ¡Como el día que pasé por una tienda de lana y dije que me iba a hacer una chaqueta! Y aquí hacerse una chaqueta es masturbarse.

Intimus, lo que está más adentro de todo, es de las pocas acepciones que me gustan mucho más en español. ¡Qué sería de mí sin vosotros, los íntimos! ¡esos a los que se os cuenta todo aunque no estéis!¡esas otras cabezas fuera que basta recordar para que iluminen lo de más adentro del todo!

P.d La foto se salió de algún archivo con la intención de recordarme algo, somos la Blanch y yo en alguna comunidad remota de El Salvador hace 23 años.

Otra P.d: hace treinta años leí una noticia que decía que para tener salud mental era imprescindible mantener relaciones de intimidad al menos con dos personas, debo estar como un roble.