sábado, 17 de septiembre de 2011

De los regresos y sus fractales.



La vuelta

Mi subconsciente no sabía bien donde se iba a despertar esta semana. Un día soñé que mi cabeza era tan grande como el barranco y me peiné las raíces. Otra noche pasé una revisión de hogueras simbólicas, algunas guardaban vivo el rescoldo después de muchos años y otras eran sólo un montón de ceniza mojada, como si hubieran sido apagadas con urgencia y demasiada agua. También en sueños recordé a Begoña, cuando éramos muy pequeñas, en el patio de la escuela, convenciéndome que los sueños dependen de donde apoyas la cabeza. Si con el lado izquierdo has tenido una pesadilla media vuelta es suficiente para soñar algo feliz, me decía cuando teníamos ocho años.

Ya entonces sabía que era mentira, pero sigo probando, como todos.

Pequeños matices.

Esta vuelta me ha hecho pensar que no tengo vida social, solo amigos. Ahora bien, no hay que contarles que eres noctámbula porque son capaces de llamar a las dos de la mañana para ponerte al día de sus regresos.

Pesadillas

Me encontré con JM, hablamos durante hora y media al sol.

-Tenemos que quedar para cenar

-Pronto tendremos tiempo para todo, ya vas a ver

Y me contó que las grandes empresas del transporte contratan a camioneros del Este por sueldos de ochocientos a mil euros al mes, y que les cobran por dormir en la cabina del camión.

Atmósferas amables

Cené con Inés y con Luis, me gustan mucho las parejas felices y enamoradas, tengo la suerte de tener muchas alrededor y emanan bienestar.

Mi accidente cromático

Siempre, desde que recuerdo, cuando cierro los ojos veo círculos amarillos que se alejan, como rodajas de piña rellenas de algo lila.

Yo creía que nos pasaba a todos, y nunca lo mencioné. Un día, hace tiempo, se lo conté a Miguel y aún oigo sus carcajadas

¿Ven los demás otros colores?