jueves, 8 de noviembre de 2012

Ruidos, reencuentros, reseñas, extrañezas y obviedad





Para empezar, pensar no es llegar a conclusiones, es más bien todo lo contrario.

Solamente se ha entendido algo cuando se es capaz de explicarlo de una manera sencilla. Para alcanzar esa aprehensión es necesario haber mirado todos los elementos que componen ese algo con extrañeza, por obvios que parezcan.

¿Lo de arriba es obvio?

Son suculentas las certezas

Teniendo en cuenta únicamente el placer de esta semana no me queda ni una sombra de duda: yo he nacido para escribir reseñas.

Menos mal que he vuelto a hacerlo.


Y luego que son incompatibles la exactitud y el cariño 

-Como no, en el Francisco II, claro, es nuestra pista de aterrizaje

-Tú nos esperas allí que nosotros iremos antes a comprar.

Me dice el rubiux todo serio desde Sudan. ¡Si tendremos ganas de vernos que fijamos día, lugar y hora  y casi la lista de la compra con casi dos meses de adelanto!
  


¡Quiero ser yo la sorda y que sea mi vecina la que oye mi televisión!

Sé perfectamente de dónde sale esa sonrisa beatífica de Elena, el silencio debe ser así, como su sonrisa: una bendición.

Elenita es mi sorda preferida, para empezar decidió dedicarse a la radio y en la ser ha ejercido durante un cuarto de siglo. Además es sinestésica, eso es un chollo para alguien que escribe, patidifusas nos dejan sus  metáforas.

Con frecuencia hablamos Elena y yo de su sordera y de mi exceso de oído, ¡si pudiera darle cuarto y mitad! Tengo que conseguir unos tapones. Es enloquecedor oírlo todo, el edificio entero. Sé cuantas televisiones hay encendidas,  cuando sube el café al final de un pasillo larguísimo, intuyo que algo va mal cuando las dominicanas del cuarto no arman quilombo, sé que el padre del otro bloque se ríe más con la hija pequeña, que el del tercero izquierda hace gimnasia en el salón desde que murió su madre, que es Iñigo el que empieza las sesiones de llorar y luego lo siguen sus tres hermanos …voy a dejarlo. Tendré que ver la misma película que Pili, hasta las doce menos cuarto no se va a la cama, no tengo alternativa.