Dícese de unos cuantos listos que utilizan las estrategias
del OULIPO como propias sin citar jamás la fuente y contraviniendo el principio
fundamental del movimiento oulipiano: enseñar la tramoya, compartir la
trastienda del escritor. “Llamamos literatura potencial a la búsqueda de
formas y de estructuras nuevas que podrán ser utilizadas por los escritores
como mejor les parezca” decían Italo Calvino, Georges Perec, Raymond Queneau, Marcel Benabeau, Francois le Lionnais... El procedimiento de los oulipitos es justo el contrario: se apropian de esos recursos y los exhiben como prueba de su ¡modernidad!
Se les reconoce porque están convencidos de haber inventado los palíndromos, hablan mucho de matemáticas y literatura sin concretar nada, dicen desconocer al OULIPO o le restan importancia y suelen
oscurecer sus textos para fingir que manejan una lógica superior a la de sus lectores y para reafirmar su fuerte personalidad.
Aunque yo preferiría decir que se reconocen porque a poco que te fijes dicen unas tontadas que tiembla el misterio aunque, como todos, alguna vez atinen.