jueves, 6 de abril de 2017

domingo, 2 de abril de 2017

Los chicos de provincias somos así.


Estaba escarbando en la biografía ésta mañana y he enumerando los empujones vitales que me dan los amigos que tienen gallinas. Tengo bastantes, los dos de la foto, Miguel y Félix, y los anfitriones, la Mari y el Cacholas, sin ir más lejos. 

Yo encuentro muy tranquila a la gente que tiene gallinas, de veras.




Parece que nos hemos caído en una novela los de la ribera. Tenemos un montón de personajes y recuerdos en común, y cuando nos ponemos a narrar ¡menuda danza! 

Tenía muchas ganas de ver de día a los Trarutan. Cuándo volví en julio parece que me estaban esperando para enseñarme la ribera de mi pueblo, para decirme: mira, tonta, que no miras.

Y no se quedó ahí la cosa. Que luego nos bajaron una noche al submundo más salado.





Tanto mirar al tendido nos tiró el gin tonic la gallina. 

-Bueno, ¿qué me cuentas?
-¡y por qué nos vamos a contar nada!¡con la intimidad que tenemos!

Dijimos luego Miguel y yo, pero ni idea de quién dijo qué.

Cuando he terminado la enumeración de los empujones vitales que me ha dado la gente que tiene gallinas, me he acordado de esa canción.