sábado, 30 de agosto de 2014

Hacía veinte años que no planchaba












Me gustó hacerlo, era como suplantarla un rato. Me acordé entonces de eso que tanto menta María Jesús, mis primeras fiestas a los trece años. La noche de más miedo, cuando Emilia y yo nos dimos cuenta de que había amanecido y aún estábamos sentadas en el cajero de detrás de la iglesia mirando el agua. Corrimos como gamos, y la encontramos planchando.

Diez minutos después de recordar aquella mañana sonó el teléfono, era Emilia, con quien hacía muchos años que no hablaba, y que enseguida me dijo: si algo recuerdo de tu madre es esa cara tan seria que puso cuando nos vio aparecer, y la carcajada de luego.


domingo, 24 de agosto de 2014

el dolor no es, no será nunca más fuerte que la vida que me enseñaste a vivir




Esas eran las palabras que buscaba para decirle hoy a mi madre, las he oído en la televisión, ya muy tarde. Son de Cortázar.


sábado, 23 de agosto de 2014

Hay golpes tan duros




Desde que mi madre murió  el lunes la casa se ha convertido en un lugar imantado por la presencia de su ausencia: el pisto y el gazpacho que dejó hechos, uno de sus pantalones a media pantorrilla y una camiseta muy alegres en la tabla de planchar, nuestra absoluta ignorancia sobre como funcionaba la vitrocerámica y la impresión de que hasta la escoba y el recogedor necesitan ser tratados con delicadeza. Los tres estamos así, cumpliendo cada ritual, lentificando cada gesto,  bregando con el dolor más hondo desde la serenidad, la fuerza y la dulzura que nos enseñó. No siempre nos sale, pero vamos bien.

Esta tarde hemos necesitado refuerzos y ha venido Ana a pasear al perro con Matías y conmigo, luego hemos ido a tomar una cerveza a casa de Elisa y hemos vuelto mejor.Nos reconforta mucho hablar de ella.
Con ella yo todavía no he podido, pero prontito, nunca ha faltado en mis monólogos por lejos que estuviesemos, no va a fallar precisamente ahora.

El domingo dejaremos sus cenizas en el cementerio viejo a las 12. Y yo leeré este poema, de Lezama, de quién sino:

Una sonrisa que no termina.
Una sonrisa que sabe terminar admirablemente.
La sonrisa se agranda como la noche
y los ojos se reducen a una pequeña piedra
escondida. Calidad de un mineral
que se guarda en un paño de aceite
milenario. Saber reírse y dar la mano.
Las pausas y los hallazgos de la risa
transcurren con la sencillez de una silla pompeyana
La mano ofrece la brevedad del rocío
y el rocío queda como la arena tibia del recuerdo.
Ofrecera así siempre la sencillez compleja de la risa
ý el acuoso laberinto de su mano en el sueño.

P.d Gracias por vuestra fuerza y vuestra compañía en cualquiera de sus modalidades. Han sido imprescindibles.

viernes, 15 de agosto de 2014

Lo único urgente





es que preparemos bien nuestras agendas de satisfacción y las cumplamos.

En lo verbal eso fue lo mejor de ayer.

En lo no verbal estaba todo lo demás. El plan centroaméricano de las crónicas sin fotos, con Albereto dibujando, pensado desde la que ya es nuestra playa, después de una gran nadada. El sueño cumplido de tardadas inmensas pelando patatas o cualquier otra cosa en el alda, mientras se conversa y no es nada verbal El olor intenso de este pasillo. La oportunidad de compartir el dolor, para nosotros único, de la Otaegi. El  amnésico crujido, que imposta el crepitar del fuego, de la silla eléctrica para moscas que hemos puesto en la cocina después de que fracasaran todas mis investigaciones mosquicidas. La memoria de este día del año pasado, de aquella soledad de tango, un  buen motivo para celebrar el paso del tiempo.

porque sin cumplir esa agenda no vamos a tener fuerza para na, y nuestra fuerza nos hace beaucoup de falta.


lunes, 11 de agosto de 2014

La luna




Esperó a que terminásemos la parrillada para salir del monte, anoche se veía nítido el cinturon de cítricos que nos protege y no había descalabro posible por los barrancos, lo que no se veía eran las Perseidas, aunque yo sí ví una, gigante, pero esta otra no me cree.

Tocaba bailar y despedirnos, abrazarnos mucho, muchas veces a Lu y a los chicos, ese regalazo anual.  Y que Anne hablara en español y yo en inglés para explicar lo rica que es nuestra comunicación cotidiana sin palabras. Y que Martín volviera a decir aquello de nuestra misión de sostener un paraíso. Bien políglota el paraíso, anoche en español, francés, inglés y holandés. Tanto que yo me pedí fregar para pensar un rato.

Y también pedí un deseo, pero se cumplió otro y casi inmediatamente, cuando me fuí a la cama, siempre vago de habitación en habitación cuando estoy sola pero le estoy pillando querencia a la mía, tan blanca que anoche deslumbraba iluminada por la gran luna, encontré el correo mexicano cargado de entusiasmo que tanto deseaba. "No busques más, tu socio natural es Gonzalo,  parecéis un matrimonio hecho en el cielo" me había dicho el rubiux unas noches antes. Esta paz debe venir de todo eso, de haber encontrado a los que son y haber encontrado el lugar.

P.D. Claro que es un boutade lo de que los que están bienvenidos y los que no están no hacén falta.  Pero una es ducha en localizar la presencia de la ausencia. 

Me voy a tender sábanas, que ayer llegarón tres y hoy se han ido cinco, pero llegan siete, entre ellos dos joyas de la corona, Albereto y la Otaegi de un solo.

sábado, 9 de agosto de 2014

Autonomía






Hay días, y noches, en los que me funciona la cabeza rebien, se le ocurren cosas que a mí nunca se me ocurrirían.

jueves, 7 de agosto de 2014

No sé si tendré que renombrarme.




Apenas incurrimos en la realidad estos días, leemos los periódicos, sí, pero a escondidas.  En pocos minutos ventilamos lo que sigue habiendo y empeora, generalmente acodados en la mesa de la cocina que tiene la altura exacta para eso, para juntar las cabezas y hacer muecas.

"No más de una barbaridad al día. Por favor. Y abreviando, sin divagación, que ya hemos hablado mucho de todo, sufi con gestos, son vacaciones"

"Parece que se han llevado a dos yankis infectados a los estados y con un suero han remitido los síntomas del ébola. Vaya, que sólo encontraran la vaina cuando suba al norte, eso ya lo sabemos"

Hoy nada, había fondue.

Ya no nos desgastamos rabiando, apenas nos repetimos, y al rubio le sabe fatal que esto se llame la mujer sin atributos, dice que eso no está vigente en mi vida, que pertenece a una fase de crítica que he superado ampliamente. 

Y primero me inflo y luego siento como pesa el aire inhalado. Hundirse y flotar, no hay de otra, chamaco.

"No te digo que yo no reconozca a Musil y todo eso, no te equivoques, no estoy haciendo una lectura superficial y sé perfectamente como se articula en tu discurso, pero hay que pensar desde la propia época, histórica y vital, y a ti te pudo servir en un momento, pero ya no te sirve, porque lo que nos permite expresarnos no nos permite expresarnos siempre, toda la vida. No me jodas Marta, si queriendo huír de etiquetas te etiquetas, te cosificas pues. Hay otra fase después de la crítica y llevas mucho tiempo en ella, piénsalo y cambia tu etiqueta porfa"

Eso fue hace unos días pero me acabo de acordar, estoy con efecto retardado, hasta los golpes del barrancazo me han empezado a doler después. Lu asintió, yo me puse a dudar y nos finiquitamos la botella de whysky entre los tres, como si todo estuviera muy claro. Y  no sé yo, siempre me ha ofuscado esa bebida. 

martes, 5 de agosto de 2014

Hay veces que la vida y la muerte se ponen bravas




Moira y Carmencita están volando una cometa en la playa al anochecer  y mi madre llorando por teléfono. Por fin tomo cevezas  con el molinerio y los chicos de la playa, algunos se acaban de conocer y ya están moviendo la Zodiac y programando una barbacoa, mientras llegan los whatsaps de mis primos desde la cuerda floja. Salimos a ver estrellas fugaces con las Diego, "no te pidas un microondas que te conozco",  y entonces llega un mensaje del primo Pedro con palabras exactas, otro conteniendo todo el dolor de Cristina. La niña Blanch me traé por la mañana el café a la cama y me reencuentro con este acoso al que nos está sometiendo últimamente la parca a los Borrajas. La vulnerabilidad: el tío José estaba atando tomateras cuando se desmayó la semana pasada y ahora se está muriendo. La alegría de esos dos niños parlanchines y abrazadores en casa, luego el silencio, cuando todos se van, y después la llegada de una caricia imprevista.

Resumiendo, la importancia infinita del "nosotros"

Y  la temperatura de la brisa.

domingo, 3 de agosto de 2014

Le reanimaron con panecillos, le reanimaron con hielo. Le reanimaron con mostaza y con berros. Le reanimaron con mermelada y con consejos juiciosos, y le pusieron enigmas que resolver.


Los chavos salen disparados en busca de sus novias, da gusto verlos tan contentos, para degustar más este rato sola me he zambullido en La caza del Snak. La disfruto siempre como...como...¿cómo pues, que te atascas? Como si fuera pequeña. Dejo aquí un trozo y me voy a regar antes de que venga la tropa.


EL DISCURSO DEL CAPITÁN

Al mismísimo capitán todos ponían por las nubes.
¡Qué porte, qué naturalidad y qué gracia!
¡Qué solemnidad, también! ¡Cualquiera podía ver que era un hombre sabio,
con sólo mirarle a la cara!

Había comprado un gran mapa del mar,
sin un solo vestigio de tierra.
Y toda la tripulación estaba encantada, al ver que era
un mapa comprensible para ellos.

"¿Qué utilidad tienen el Ecuador, el Polo Norte y las zonas de Mercator,
los Trópicos y las líneas de los Meridianos?"
Así decía el capitán. Y la tripulación contestaba:
"¡Son solamente signos convencionales!"

"Otros mapas tienen formas, con las islas y los cabos,
pero nosotros debemos agradecer a nuestro valiente capitán
(así hablaba la tripulación) que nos haya comprado el mejor...
¡un perfecto y absoluto mapa blanco!"

Esto era maravilloso, sin duda, pero pronto averiguaron
que el capitán, al que ellos tenían en tan buena estima,
sólo tenía una idea para cruzar el océano,
y ésta era tocar su campana.

Era pensativo y serio, pero las ordenes que daba
eran suficientes para desorientar a la tripulación.
Cuando gritaba "¡Girad a estribor, pero dejad la proa a babor!",
¿qué diablos podía hacer el timonel?


Lewis Carroll
Traducción Leopoldo María Panero.

viernes, 1 de agosto de 2014

Sobre escribir, desbarrancarse y reposar.



Barriendo para casa 

Y ahora resulta que los que saben mucho sobre literatura no saben escribir, impresionante,  habrá de todo, digo yo, porque me parece insostenible la afirmación contraria: los que todo lo ignoran sobre literatura escriben de puta madre. Lo malo no es saber poco, sino preciarse de ello y considerar el conocimiento un veneno para nuestra excelsa y pura sensibilidad. No  fueron ignorantes Cervantes, Vallejo, Max Aub ni Thomas Man, ni Gracian, ni Cirlot, ni Viñals, ni Panero..ni...

La diferencia está entre sentirse un artesano o sentirse un artista. Quien escribe no es más que un poste que recibe alta tensión y la prolonga. Esa alta tensión proviene de la literatura y nos atraviesa para salir otra vez convertida en literatura (o no). Luego están los que deciden tener un don y creen que también es especial su sentido del lenguaje, pero a mí no me entretienen nada los remakes de la inspiración romántica.  Ah, y los artesanos sí aprenden, la artesanía sí se enseña, viva el desdoro de pensar con más cabezas y de recibir buenos consejos. 

El reposo

Es excitante caerte por un barranco, por la noche, en tu propia casa. Sobre todo si sólo son rasguños y tienes localizado el algodón, el agua oxigenada, y además encuentras las gafas después de rodar como una croqueta. Cuando he llegado al final he hecho un parón cósmico: había que  mirar  un rato las estrellas.
 Estira los dedos y cuenta hasta diez, repite Matías desde que tengo memoria.

 He visto, por fin, el aguacatarero más alto y ya sabía dónde estaba, al lado del cerezo, he rodado un rato, menos mal que, como Martín iba de té, me he animado y me he puesto un ibuprofeno de postre, sino hubieran tenido la culpa los gin-tonics.   Remontar era una tontería,  estaba en el mero caminito. Martita, me he dicho, a por el algodón y el agua oxigenada, y a reparar los daños.-

Siempre fue peligroso guiar los pasos sólo con el olfato. La culpa la han tenido José y mi madre, tanta turra con el dondiegodenoche, otra adicción.

Me he levantado con el tobillo regular, poca cosa pero cojeo, René me ha recetado agua fría y caliente y reposo, Martín me ha puesto el café y la sombrilla,y me ha llegado un libro de Paco Gómez Nadal.