martes, 27 de mayo de 2008

Lo falsos sinónimos de Beatriz



Dormir en una habitación tan naranja, preciosa, pero tan, tan naranja (estas locatis, mi madre y mi hermana, pintan las casas siempre con colores intensos,acidos, estridentes) con las fundas azul marino, en mi cama sobria, de madera sólida, la de toda la vida, me está afectando mucho al oído.

Nos hemos quedado encerrados en la gasolinera, haciéndole compañia a Bea. Desde que la cafetería está cerrada por la noche amerita, que palabra tan graciosa, la decía el comandante, ir a ver un rato al que se queda allí dentro encerrado toda la noche.

Y entonces Bea, nuestra reflexiva delegada sindical, nos regala su más meditado discurso:

-Entender no es lo mismo que comprender, sino no existirían dos verbos. Lo mismo que con vender y expender, que no es lo mismo porque sino no podríamos ser nosotros vendedores-expendedores, y lo dice en el contrato. Digo yo que no van a poner tontadas, ¿cómo se dice?, a si, redundantes, en el contrato. Es también como eso que le dices a la Marta, Claudia, que es simple, si yo te entiendo lo que le quieres decir, que no se complica, pero es que ella es simple a punto de ser sencilla. Y tú no te rías Michel, que te pasa lo mismo.

-En todo caso cuando más me molesta que no me entendáis es cuando os digo que el estómago es triste. ¡¡¡¡¡No que el dolor de estómago te pone triste nooooooo!!!!, ¡¡¡¡¡que el estómago es triste!!!!!


Antonio Berni