jueves, 13 de diciembre de 2007

¿Y si luego no me acuerdo?






Los días trepidantes. ¡Cómo puede ser tan largo un día y tan rentable no ser previsor!.

Creo que esta calle se llama Parador del Sol porque delante del balcón hay otra calle muy, muy larga, y cuando amanece este es el primer obstáculo que encuentra la luz.

Espero que los blogs valgan para anotar lo íntimo, lo que se vive como importante, porque sino ¿para qué?. Yo necesito dejarme piedrecitas para la memoria, mi mecanismo es sencillo; después de unos cuantos días trepidantes una larga digestión, y sin los mojones la memoria se me escapa, no asimilo los nutrientes.

Amanda me ha estado contando en la cena cómo rastrearon Marisa y ella a sus compañeros de colegio de los cinco años ahora que tienen dieciséis cuando volvieron a San Salvador. Y los encontró y se reconocieron y se enamoró salvajemente del que ya lo estaba a los cinco y esta preocupada. ¡Ha estado dejándose comer la oreja por los salvadoreños esa mona todas las vacaciones!. Y su madre y yo que no. Que lo más difícil que se puede intentar, lo decía un antropólogo que no sé como se llama, es una relación de pareja entre dos culturas. ¡Búscate a alguien de Mostoles!.Y la mona que no. Y nosotras: ¡haznos caso que hemos estado casadas con tu padre!.

Marisa ha contado algo precioso. Que Carlos se tiraba al agua desde un acantilado en Acajutla y le decía cuando Amanda tenía un año, ¡tírame a la niña!.

-¿Y qué hacías mama?
-pues te tiraba

Y yo sabía que ese rubio estaba vendiendo oxigeno con Nacho y nos veríamos luego. Y yo sabía que los rubios se iban estos días a Venezuela, pero a mitad de cena llama la Blanch, conversación resumen y despedida, cree que estoy en Zaragoza, pero al final, cuando ya íbamos a colgar, me dice que está esperando a Nacho y a Rene, que acaba de llegar muerta de Ámsterdam y nos damos cuenta de que estamos a dos manzanas. Y las dos sabemos que ¡sucede!. (yo me asombró porque contra todo pronóstico lo sabía, sabía que vería a Blanca hoy)

Mañana más, mañana me toca Joselín, pienso llegar a la sierra.