
Cuando no logro aliarme con el insomnio me levanto con la impresión de estar atrapada por telarañas, amarrada por muchos hilitos finos que no me van a soltar.
Sigo soñando, todas las noches, que la cama es una cebolla, y que cada frazada cubre un sentido, voy quitando capas y creo que, en lugar de taparme y destaparme, estoy teniendo revelaciones o velando evidencias. Durante muchísimos años soñé subiendo y bajando escaleras. Lo de las capas es menos fatigoso.
Sigo conduciendo , nadar y conducir son mis estrategias, en el agua y en la carretera hay silencio, atención y tiempo, y yo no conozco otras maneras de sacudirme las telarañas.
El cuadro es me Joan Miró