lunes, 16 de febrero de 2015

La lentitud de los notarios








 
Esa frase es lo único que me ha sonado bien en toda la mañana. ¡Qué le puede pasar peor a alguien que está harta de ser todos los días Marta Sanuy qué que se lo recuerde una señora de su edad, pero tan circunspecta, a primera hora! Lo único que me ha gustado es que en profesión me hayan puesto “sus labores”, esa es el única escapatoria, dedicarme a mis labores.

Roberto siempre se ponía de profesión en el carnet cosas ambiguas: operador, controlador. Recuerdo a otro notario diciéndome seriamente:

-Hija mía, ¿de verdad te quieres casar con un controlador?

Ese ser tan sobrio de esta mañana nos ha hecho volver tres veces. ¡Si no llega a ser por el peluquero y la farmaceútica que eran nuestros testigos! ¡qué aburrimiento!

-Tengo un amigo notario que siempre me dice que están todos sonaos, ¡es jodido haberse pegado la juventud estudiando esas cosas tan tontas!

Ha dicho Luis Mi.

Al tercer viaje en comandita la chava ya estaba apurada. Me he sentido en la obligación de decirle:

-Anda tonta, que no es culpa tuya, que es que nosotros somos barrocos.

Y ha sonreído reconfortada, me ha recordado eso que dice María Jesús, "en este gremio no somos nada sin las puñetas".