jueves, 2 de octubre de 2008

El nerviosismo que heredé de los insectos




Esta noche he soñado que tenía que escribir un texto titulado “Literatura y geometría”. En el sueño tenía la sensación de dominar el tema perfectamente, anotaba de memoria autores, textos y páginas que necesitaba y me movía de biblioteca en biblioteca como una libélula, ¿cómo una libélula?, no sé qué pintaba en el sueño esa libélula, aquí desde luego no pinta nada. La cuestión es que yo seguía escribiendo:

la membrana egoica no debe ser muy dura, habrá movimientos ondulatorios y movimientos vibratorios y es recomendable reconocerlos…

acababa de anotar, y ahí me he quedado. El despertador y sus trinos. Ese asesino de mis ensayos: lo voy a tirar a un árbol.

Más sobre el calamar:

El calamar es el tintorero para los lutos de los peces

Decía Gómez de la Serna.


Habitar una estricta rutina es lo que más se parece a no estar en ningún sitio. Flotar en la rutina se debería llamar. Hoy ni sé de quién es el cuadro.