martes, 15 de marzo de 2011

Informe subjetivo de un Congreso de Periodismo II


Urge hilar antes de que se evaporen los datos. Prosigo

Después de comer ¿Estamos explicando bien la crisis? Con los responsables de economía de La Vanguardia y El País. Puede ser que la fatídica hora nos influyera, pero sondeamos el twiter y no convencieron a nadie.

La segunda mesa de la tarde la moderó Antón Castro y estaban Ramoneda y José Martí que contaron anécdotas sabrosas, no batallitas, y fue de agradecer.

Pero en el congreso no había pasado nada hasta que subieron al escenario Víctor Sampedro y Gumersindo Lafuente. Sampedro nos despertó a todos, empezaron a oírse aplausos: “La información no es mercancía, es contrapoder” “La llamada de Wikileaks es la llamada del periodismo puro y duro (...) se puede crear un medio de comunicación global al margen de la censura y al servicio de la transparencia”, "La mejor ley de Internet es la que no existe"Vamos a permitir la extradición de Assange mientras Berlusconi se presenta a las elecciones. Algo va mal “La transparencia no sirve de nada si luego no hay instituciones que pidan cuentas”

No lo digo yo, lo repetía twiter, fue la mejor ponencia del congreso. Es urgente encontrar a gente que dice que se puede y hasta es capaz de imaginar como. Es urgente convertirse en esa gente que dice que se puede e imagina como

Todo el mundo tenía muchas expectativas con la última mesa que se titulaba “Emprendimientos periodísticos en Internet” pero no había emprendedor al que le fuera bien por lo que intuimos. Nos fuimos pronto.

Cena y fiestón con las chicas, estaban casi todas. Y aunque al principio de la noche no vi una puerta blindada y la abrí con la nariz, las anécdotas fueron sabrosas, dignas de ser apuntadas: cómo nos mirábamos y mirábamos el charco de sangre extrañadas, y los comentarios de Juliana mientras esperábamos al 112:

-¡Estas rodeada por cientos de periodistas como testigos, pero los demás van a creer que ibas borracha!¡y qué vas a explicar en tu casa!

O las dudas metafísicas de Ester

-Pero qué ha dicho el hombre, ¿que le ha pasado a más gente o que no le ha pasado a más gente?

Era la tercera víctima de la puerta, la más grave. Y os informo, estoy bien, he pasado el fin de semana viendo guisantes congelados pero ya casi no queda de la catástrofe más que las ojeras moradas. Creo que por lo que más me molestó es porque con gafas oscuras me sentía demasiado llamativa para saltarles a la yugular a los de la mesa de periodismo y literatura de la mañana siguiente. Lo haré desde aquí pero mañana.