viernes, 9 de septiembre de 2011

Para la despedida de una odisea vegetal


Y para volver al rito invernal de la música los viernes

Letra traducida

Aquí Base llamando a mayor Tom
Aquí Base llamando a mayor Tom
Tómese sus proteínas y póngase el casco

Aquí Base llamando a mayor Tom
Comienza la cuenta atrás, motores en marcha
Compruebe el encendido y que Dios le acompañe

Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco,
cuatro, tres, dos, uno, despegando

Aquí Base llamando a mayor Tom
Has conseguido dar el gran salto
y la prensa quiere conocer
qué marca de camiseta llevas
Ahora has de abandonar la cápsula,
si tienes valor

Aquí mayor Tom a Base
Estoy saliendo por la puerta
y flotando de un modo peculiar
Las estrellas parecen tan distintas hoy

Porque aquí
estoy sentado en un trasto de hojalata
muy por encima del mundo
La Tierra está triste
y no hay nada que pueda hacer

Aunque estoy a 160.000 kilómetros
me siento muy tranquilo
y creo que mi nave conoce el camino
Decidle a mi mujer que la quiero mucho,
como ya sabe

Aquí Base llamando a mayor Tom
Hemos perdido la conexión
Debe haber algún problema
¿Me recibe, mayor Tom?
¿Me recibe, mayor Tom?
¿Me recibe, mayor Tom?
¿Me re...

Estoy aquí, flotando alrededor de este trasto
Muy por encima de la Luna
La Tierra es azul
y no hay nada que pueda hacer...

La taberna del valle de río seco


Las casas del valle han ido creciendo adosando cuartos y cuartitos en las hondonadas de los bancales, son casas que no se dejan ver nunca de cuerpo entero, en esos laberintos vive mucha gente escondida entre sinuosos barrancos y sólo hay un modo de conocerlos, bajar al bar de doña Elena.


Doña Elena es una andaluza sosa, de eso no cabe duda, más que hablar musita, se mueve despacio y nos mira desde tan lejos como a los de la televisión, a la que no quita ojo. Otros días está habladora, y unos pocos al año, cantaora. Canta fandangos cortijeros que ella misma compone, todos llenos de odio hacia su marido que es “un taliban ajumao”.


Lo de que su marido era un taliban ajumao, en cortijero un borracho, nos lo contó hace años, el día que nos contó que el dueño del molino, que era el terrateniente de la zona, era muy bueno porque les dejaba coger las olivas cuando no tenían de otro con qué, el mismo día que nos contó como había sido el proceso de adosamiento en aquella casa y como decidió abrir un bar en medio de ninguna parte:


-Ya que tenía que aguantar a un borracho, por qué no a todos los del valle y me ganaba unas perrillas.


Lo que no imaginaba entonces era lo variada y políglota que iba a ser la clientela. Un domingo coincidimos Inma y yo con un alemán, dos ingleses, y dos chinos. La mayoría llevan años aislados por aquí y cuando hablan en español tienen acento cortijero. El domingo siguiente bajé a por tabaco y allí estaban el militar, la filósofa, Antonio, el otro vecino, con toda su familia, los alemanes, el inglés, los chinos y José, todos revueltos en el mismo corro. Ese día apareció una señora con pamela, muy divertida, santanderina, Pilar, que es la que vive en la casa del depósito rosa.


Desde que su nieta se ha ido a vivir con ella y le ayuda con el bar, Elena está bastante más despierta. Entre las dos cuidan un montón de bichos, se han convertido en las proveedoras de huevos de este lado del mundo, y preparan fiestas con grupos flamencos algunos sábados. Ha sido mi gran error de este verano no bajar a ninguna. Me lo recriminó Pilar.


-Yo no salgo de casa, pero tampoco me pierdo ni una de las fiestas de Elena. Este lugar es la asociación de vecinos del valle. Si quieres que nos tomemos algo mándame un correo. Aunque se ve a la legua que estás tomada por la garra de la soledad.


Me dijo.


Muy maja pero un poco exagerada. Al final tampoco hemos quedado.