miércoles, 1 de junio de 2011

La E-coli o de como aprovechar una alerta sanitaria.


Tuve problemas intestinales el miércoles, el jueves por la mañana mi madre llamó temprano y dijo en este orden:

-No te asustes, no quiero decir que te vayas a morir, pero ya se han muerto tres de lo tuyo en Alemania

-¿Y qué es lo mío?

-Pues un atracón de pepino.

Y puede ser grave la hipocondría, pero también es precoz, folclórica, imaginativa, y hay que considerar que el entorno me ayuda. Tres horas después llegó un correo de Ester:

“¿qué haces?”

Y le contesté más o menos:

“aquí estoy, ocupadísima esperando una parálisis renal, tengo lo de los pepinos”

Ella a esas horas no tenía ni idea de qué se trataba, así que se quedó patidifusa.

Luego hablé con Inma, le estoy dando clase de lengua a Javi ¡pobres, qué abstractas torturas! No es que sea una profe chivata, pero tenía que contarle a la madre que por la mañana el niño, que tiene diecisiete años, me había dicho que no se quería aprender los acentos porque había oído que los iban a quitar.

Aproveché para contarle mi muerte inminente y la conversación discurrió como sigue:

-¡Porque matarte comiéndote un chuletón! pase ¡pero matarte comiéndote un pepino!

-¿Y cómo te lo comiste?

-Sopa de pepino, con yogourt, pimienta, menta, ajo y cebolla. El pepino rallado, que batido se queda muy líquido

-Te lo pregunto por cambiar de receta, que solo hago gazpacho, precisamente me apetecía gazpacho pero algo en mi cabeza me avisaba: ¡déjalo, Inma! Y concretamente sentí aversión hacia los pepinos. ¡Nunca os vais a creer que adivino el futuro!

-Lo tuyo son chollos de narcoléptica, que no estás ni despierta ni dormida y después todo te cuadra

-Por cierto ¡a mi madre le encantan los pepinos! ¿Se lo digo o no se lo digo?

Yo ya estaba como una rosa al día siguiente, pero hoy parece que me quiere doler la cabeza.

¡Qué belleza de bacterias! no sabía cuál elegir, ni sé:



Esta ¿Es de Escher?