
Venía pensando que hay cosas que están bien repartidas, por ejemplo los cumpleaños (ese estilo de monólogo me asola después de hablar con mi padre)
Para celebrar mi turno anual, cuando me he quedado sola me he puesto un gin-tonic y la luz de “se acabo el día”, entonces he oído que me decía ese otro yo que generalmente me lleva la contraria:
-Y de leer
Y le he contestado
-Cesar Vallejo
Y aquí estamos, y va a ser la una y media, es bien difícil elegir, así que dos:
Hubo un día tan rico el año pasado...!
que ya ni sé que hacer con él.
Severas madres guías de colegio
asedian las reflexiones, y nosotros enflechamos
la cara apenas. Para ya tarde saber
que en aquello gozna la travesura
y se rompe la sien.
Qué día el del año pasado
que ya ni sé que hacer con él,
rota la sien y todo
Por esto nos separarán
por eso y para que no hagamos mal.
Y las reflexiones técnicas aún dicen
¿no las vas a oír?
que dentro de gráfilas oscuras y aparte,
por haber sido niños y también
por habernos juntado mucho en la vida,
reclusos para siempre nos irán a encerrar
Para que te compongas.
He aquí que hoy saludo, me pongo el cuello y vivo,
superficial de pasos insondables de plantas.
Tal me recibo de hombre, tal más bien me despido
y de cada hora mía retoña una distanciA.
¿Queréis más? Encantado.
Políticamente, mi palabra
emite cargos contra mi labio inferior
y económicamente, cuando doy la palabra a Oriente,
distingo en dignidad de muerte a mis visitas.
Desde ttttales códigos regulares saludo
al soldado desconocido
al verso perseguido por la tinta fatal
y al saurio que Equidista diariamente
de su vida y de su muerte, como quien no hace la cosa.
El tiempo tiene hun miedo ciempiés a los relojes.
(Los lectores pueden poner el título que quieran a este poema)