lunes, 28 de febrero de 2011

Los egipcios están más cerca cuando cuenta Tatiana







Programa especial: Egipto, una revolución en directo
(19:41)



viernes, 25 de febrero de 2011

De un chaquetón rojo a Changes


La memoria llega por piezas, primero me llegó un chaquetón de cuadros rojos, luego el sonido de una ambulancia y el tapizado del sofá en el que estaba leyendo cuando me oí pensar: ya traen para que se muera al abuelo. Así, con la frase desordenada, con el sujeto al final.
Tardó a morirse, yo me senté mucho rato en el sillón de siempre. Desde allí se les veía a los dos reflejados en el espejo del armario, la abuela le hablaba, y luego pasó Paca, que también a través del espejo dijo:
-ya se le está alargando la nariz.
Y fue como si me corrieran un telón, porque después mi madre me mandó a casa.
Claro que crecíamos antes, yo tenía quince años y al día siguiente me encargó preparar dos ollas de sopa.
-Murió anoche el abuelo. Bueno atenta, ve a la carnicería y le dices a Amelia que te de un kilo de mayor para caldo y un buen trozo de gallina, en la nevera tienes huesos de jamón, no eches mucho que se pone rancio. Ya sabes cuanto lo tienes que tener. Lo metes en botellas y lo bajas en la bicicleta.
Cuando llegué encontré un cuadro inolvidable, el abuelo estaba en el patio, metido en el ataúd, y mi tío insistía para que mi prima lo besara. Me sentí confusa pero, parapetada con las botellas de caldo, pasé rauda hacia la cocina, en el trayecto encontré una mirada furibunda de mi padre que no supe interpretar. Ya en la cocina me lo explicó todo mi madre.
-No mujer, si no lo quieres besar no lo beses, el tío es un burro. Lo de tu padre es porque has venido de rojo y esto es un funeral. Pero no le hagas ni caso, no tiene ninguna importancia.
Ana ya tenía dieciocho y una furgoneta a la que le faltaba la puerta del copiloto y que olía a vaca, después del entierro, en el que yo me sentí todo el rato vestida de rojo por culpa de mi padre, nos fuimos a Monzalbarba con la música a tope, lo mejor de aquel día es que Ana me regaló la cinta: el Changes de Bowie.
Acabo de pasar por el blog de José Marí y he encontrado esa canción. Tenía el chaquetón y la banda sonora, ¿por qué iba a dejar de contar lo de dentro?

martes, 22 de febrero de 2011

Carnivale



Si metiéramos en una coctelera El obsceno pájaro de la noche de José Donoso, unos gramos de las atmósferas de Faulkner y unos toques de David Lynch sale Carnivale, pensaba anoche cuando, después de clase y terminamos a altas horas horas, me permití dos capítulos más. Sé que me faltan ingredientes, los estoy buscando.

Algunos deseos se cumplen, yo siempre había querido ver las series de un tirón, hasta olvidarme por completo de quién era y de dónde estaba.

HBO supera con creces lo que podía imaginar.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Alguien a quien escuchar: Tariq Ali


Ayer fui a ver a Tariq Ali, que nos contó otra versión de lo que ha ocurrido en Egipto y en Tunéz, matizada, con los detalles concretos de cual ha sido la posición de los gobiernos occidentales, especialmente del norteamericano, durante el proceso, y que en casi nada coincide con lo que ellos nos han contado y nos seguirán contando.

Estaba feliz ante lo que llamaba la resurrección de Oriente Medio y contaba lo feliz que estaría su amigo y mi adorado Edward Said. Me quedé con más de una pregunta en el tintero durante la ponencia porque no había tiempo, pero tuve suerte, Inés estaba en la organización, después nos fuimos de vinos con él y le pude preguntar.

No soy muy partidaria de admirar, un amigo decía que la admiración es como un perfume caro, que con dos gotitas es suficiente. Pero hay gente con una luz especial y que ha cambiado ya mucho el mundo, tuve la impresión de que ese Pakistani iluminaba el casco viejo, me pareció el mayor de los privilegios estar sentada a la misma mesa que uno de los diecinueve firmantes del Manifiesto de Porto Alegre, quien, por cierto, no cree que las redes tengan tanta importancia en lo que está sucediendo en el mundo árabe, puesto que solo llegan a las clases medias que hablan inglés.

p.d. Es un buen momento para volver a leer El mito del choque de civilizaciones.


martes, 15 de febrero de 2011

Anise Koltz



ANISE KOLTZ(Luxemburgo, 1928), fundadora y organizadora de la Jornadas Monford(encuentros internacionales de autores y poetas, 1963-1974). Miembro de la Académie Mallarmé, Paris, del Pen-Club de Bélgica, y del Institut Grand-Ducal des Arts et Lettres. Vive en Luxemburgo y escribe en tres lenguas. Desde la muerte de su marido, en 1971, se expresa casi exclusivamente en francés. En España se han traducido sus librosCantos de rechazo (Hiperión, 1998), La terra calla (Eumo, 2005) y Bendita sea la serpiente / El tragador de fuego (La Garúa, 2008).


Existen palabras
rápidas y agresivas
como busardos
En lugar de elevarse al cielo
se lanzan a la hierba
para despedazar su presa


Te ofrezco un poema
como un vaso de agua
No quita la sed -
Te presenta un lago
donde te irás a pique


Cuando escribo
la página se cierra sobre mí
Vivo en la mala época
en el mal lugar
escribo en la mala lengua
Enloquezco en mi jaula de papel


Hoy
nada pasa en mi escritura
Como la nieve que se ennegrece
bajo nuestros pasos
el papel se cubre de huellas
que no llevan a ninguna parte
ni siquiera a la muerte


[Traducción de Juan Soros]

de 7 por 7

imagen Anouk Kruithof

Una revista de lujo





PressKIT

jueves, 10 de febrero de 2011

El retrato de Joaquín Costa



La abuela decía que lo que más miedo le había hecho pasar en toda su vida era el retrato de Joaquín Costa y, aún de viejos, le recriminaba al abuelo que se hubiera empeñado en guardarlo durante toda la guerra. Luego contaba lo temprano y lo asustados que se iban a la cama, y que estaban muy quietos para oír mejor, pero que daban botes con cada paso y no podían descansar.

-Nunca vinieron a buscar a ese hombre que tanto se pronunciaba, el porqué no se sabe, pero lo que me daba miedo de verdad, la prueba, el peligro, era el retrato-decía siempre mi abuela.

Ayer se cumplían cien años de la muerte del jurista y me volvieron a contar la historia. Dicen que cuando alguien llamaba a la puerta lo primero era descolgar y esconder a Costa y que, pasado el peligro, el abuelo lo volvía a poner en su sitio. Mil veces los he imaginado subiendo las escaleras de granero para meterlo entre la paja, bajándolo con un cubo al pozo, o metiéndolo detrás de un espejo.

Y es un placer escuchar la misma historia con el mismo retrato, la misma lámina amarillenta que tantos tumbos dio, presidiendo.

viernes, 4 de febrero de 2011

jueves, 3 de febrero de 2011

Del emplazamiento de las capitales y las grandes ciudades sobre el mapa del abismo.



Anduve zascandileando, buscando poesía árabe por ahí, y al volví a encontrarme con Ahmed Barakat

Bajo el sol de la noche

Ahora, no sé exactamente
para quien voy a escribir
Sin embargo, tengo palabras disueltas
en "el agua del deseo"
que debo decir
Sí, tengo lo que se asemeja a pan divino
Y quiero compartirlo con quien sea
durante una cena
Tengo algo que me niego a ocultar
Créeme, lo que digo
no zanja la historia de los acontecimientos
que se hubieran podido producir, no cambia nada
del emplazamiento de las capitales y las grandes ciudades
sobre el mapa del abismo.

Tengo la imagen traqueteante de un mundo bacheado
una imagen en blanco y negro del ser
otra de una mujer y un hombre grises
Quiero que alguien las vea todas
y me escuche contar lo que el poeta vio en sueños
cuando dijo "Y mi cuerpo se hizo verbo"
Quiero que comprendan por qué el hombre
se acuclilla en un espacio desnudo
cuando las rutas ante sí
no tienen comienzo

Bajo e sol brillante en esta larga noche
las cosas están diríamos entre las palabras
La sensación procedente de la nada atraviesa
a durmientes y desvelados, y nadie encuentra
su otro sí mismo en un desierto diferente.

Aquí, mira bien
y mira de nuevo con tu tercer ojo
el ojo que tienes en la palma
Y si lo ves es verídico
francamente
me agradaría mentirte.

Imagen Adolp Gottlieb

martes, 1 de febrero de 2011

A la recherche del éxtasis de la razón






“Ambas contradicciones se dan siempre, formando un tiro de cuatro caballos: uno ama a alguien porque lo conoce y porque no lo conoce; y lo conoce porque lo ama, y no lo conoce porque lo ama. Y, en ocasiones, se acrecienta esto de manera que se hace sentir con fuerza. Son los conocidos momentos en los que Venus mira a través de Apolo y Apolo a través de Venus hacia una sombrerera vacía, sorprendiéndose sobremanera de haber visto allí antes otra cosa. Y si el amor sigue siendo más fuerte que la estupefacción, se llega a una lucha entre ambos, y, en ocasiones, sale triunfante el amor, si bien desesperado, agotado e incurablemente herido. Pero si no es tan fuerte, se desata una lucha entre las personas; vienen las injurias, las llamadas para reparar el haber sido uno tan ingenuo..., las terribles irrupciones de la realidad..., las infamias hasta el paroxismo.

Él había tomado parte en tales tempestades de amor con la suficiente frecuencia como para poderlas describir tranquilamente"

Robert Musil El hombre sin atributos Vol IV