domingo, 15 de febrero de 2015

De cuando está bien el sonido.






Otra trampa es pensar que estás en la cocina, rabiando. Que has visto a los emigrantes Centroamericanos en la bestia o a los Africanos saltando la valla y te ha dado uno de esos ataques tuyos.

-Ay, ay, ay, ayayayayaya.

Decías, haciendo aquellos ruiditos que sigo oyendo tan bien, y te estirabas en la silla, como si te hubieran dolido todos los dolores de todos los africanos y todos los centroamericanos juntos.

Puedo imaginarme que has cogido el plato y te has ido a comer a la cocina, no sin antes gritar por el pasillo

-¡Pero cómo puede ser tan miserable el ser humano! ¡Pero cómo pueden pasar estas cosas y qué sigamos cruzados de brazos!¡Algo se podrá hacer!¡al que no tiene se le quitará todo, al que tiene se le dará todo!¡esa parece la lógica de este asqueroso mundo!¡pero esos perros, habéis visto cómo se ensañan pegando por un sueldo miserable!¡mecagoenlaostia que asco!

Después de fregar-están estupefactos todos por la afición que le cogido a la fregadera, pero es que tú allí meditabas-habrás ido y venido mil veces de la cocina al salón ensimismada, cuando traigas el café y te fumes el cigarro en la silla de la esquina, volverás al tema sobre el que llevabas informada desde el punto de la mañana y preguntarás.

-A ver ¿qué han dicho estos peleles de la uno de lo que ha pasado con la gente que estaba en el Gurugú? ¡me da un miedo esa tía, con esos ojos tan claros! Yo he oído y he leído esta mañana....

La foto en la fregadera, centro neurálgico de la casa, imagino que en medio de una argumentación política rabiosa con la Mocha. La tía Aurora, otra lúcida de la misma cuerda.