martes, 7 de mayo de 2013

Totum revolutum




Autoconsejo.

No hay que manosear las palabras, se les borra la imagen.


Pero hay que fijar los hechos

Domingo, sol radiante. Una danza de gente, veinte personas donde generalmente no hay nadie. Ellos vuelven de ver el huerto cuando nosotros volvemos del vermouth. Lío de saludos. Yo era la única que los conocía a casi todos.

Primero saludé  a alguien con quién conviví mucho y a quién no tenía ningún deseo de volver a ver, aunque hayan pasado veinticinco años, y después a Alberto,  a quién llevaba esperando conocer desde que empecé a oírle nombrar, casi desde la infancia. Que estuviera el segundo borró la existencia del primero, o algo así. No queda tiempo para todo.

Tuvimos solamente cinco minutos. Su presencia era tan armónica como me imaginaba. Me despedí diciendo:

-Cuando nos volvamos a ver te contaré cómo has influido en mi biografía.

Esas cosas no se dicen todos los días.

Lo que  me produce guacala

El domingo, también el domingo, me desperté con una sensación pastosa, atrapada en una palabra, luego le dí la tabarra a mi madre en el paseo: “los pijos”, “el pijerío” los inconfundibles tonos "pijos" ,ese radar que me localiza siempre la sinsustanciadez elevada a estética. Ese submundo inane del que hace tanto que salí por patas pero con el que inevitablemente me reencuentro

¿Qué van a hacer ahora?

Y esos textos, que no son ni textos, son alaridos suplicantes que supuran un dramatismo ajado. 

Preferiría no asistir a esos saltos desgarbados, ¡Venga!¡que me tiro! parece que dicen: desde la adolescencia hasta la decrepitud. De un solo.

No le habían dejado ni un cachito pequeño al espíritu, ahora que lo necesitan braman.  

Como diría Musil, tanto individualismo ha producido pocos individuos.


Duda

¿Es más inteligente lo que se te ocurre en la cama, cuando apagas la luz, o es una falsa impresión que tiene que ver con alguna contracción neuronal, un achatamiento nervioso, imprescindible, de las puntas que sobresalen durante el día?


Sueños embuchados

Sueño mucho con un San Salvador abstracto, enmarañado, difícil, en el que me pierdo continuamente. Anoche soñé que se lo contaba al Tibu, me desperté cuando le decía, aun estando allí, que necesitaba ir para soñar la ciudad de otra manera.


+ Musil

“Alguien sugiere canonizar el dinero para afianzar mejor el respeto en el pueblo; Maier lo desaconseja, más vale conservar a Dios como presidente y al dinero como secretario general”

Otro colmo:

No tener ocasión de decir: te llevo al huerto.
Teniendo dos.

++Musil

Tal vez es que percibimos algo que apenas podemos soportar: lo íntimo contenido por el sentido de la elegancia-la gracia de la razón envuelta en erotismo.


Descubrimiento estacional:

Las agujetas: el cuerpo existe y me duele entero.