lunes, 7 de noviembre de 2011

Puenteando Blogs


Leyendo a Miguel Baquero he recordado una entrada sabrosa de Julio Reija que corto y pego:



Aquí un diálogo, aquí unos amigos

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NOTA MALE
A veces, muchas veces, casi todas las veces, un poema nace, como el rascar del picor, en respuesta más o menos directa a otra obra de arte; en este caso el diálogo va casi en cadena, ya que don Nicanor Parra escribió una pequeña reflexión a la que Gonzalo Escarpa respondió con un poema al que un servidor no pudo dejar de contestar con otro [la idea de respuesta se usa aquí con algo de soltura, ya que es poco probable en estos casos que el autor del estímulo se entere de cuánto y cómo nos ha estimulado]



[1 · la campanilla de NICANOR PARRA:]


Dime cuáles son para ti
las diez palabras más bellas de la lengua castellana,
y te diré quién eres.



[2 · la salivación de GONZALO ESCARPA:]


Para mí
la primera barcarola
porque es mentira y además se puede
cantar en más de dos idiomas

la 2 podría ser
un adjetivo en femenino

blanca

la tres, tálamo,
no necesita explicación

4 cincel
5 amapola
epitalamio puede ser la sexta
aunque tal vez suena algo rebuscada
amor sería más fácil
pero también más tonto
la siete bocamanga

podría escoger ángel
pero prefiero feria
sí, feria la octava
la novena palabra es artefacto
(siempre me gustó)
la décima vergel


[3 · la segregación de jugos gástricos del que suscribe:]


Pues, porque habla del sol y en cierto modo
es onomatopéyica,
primero viene «sol».

e
x sx px ax cx ixo
n
xxxxxxxxxxxxxxp
ó
xxxxxxxxxxxxxxa
i
xxxxxxxxxxxxxxxr
x
xxxxxxxxxxxxxxa
e
x lxfx ex r x ax l

«Reflejo» dice el cuerpo
general de las cosas
traducidas en luz.
(«Luz», sin embargo, no,
que suena pretenciosa.)
«No», que es firme, rotunda
y educativa
(por lo cual ilumina).
Me gusta también «habla», porque es afluente
y borbotea siempre.
No me entusiasma «objeto»:
parece que se coja el ser como con pinzas,
pero es mejor que «cosa», que truena despectiva.
«Peonía», lo confieso,
es mi debilidad en este grupo,
pues la traigo cargada
de perfumes leídos y de un orden
que guía las pasiones sin forzarlas
y conozco de oídas.
Ya que hablamos de esto:
a pesar de que sea un galicismo,
la palabra «jardín» me conmueve en lo hondo,
allá donde el anhelo del orden racional y volitivo
apaga el pensamiento articulado.
Y ya está. No conozco
tan a fondo la lengua de mi boca.
Tal vez, si se me apura,
admita que con «de» me siento siempre a gusto.

Aquí, pues, lo que soy,
la cosa de mi quién,
o de qué pie cojeo:

«Objeto reflejo de sol
jardín objeto de peonías de habla de jardín
habla habla de no
de habla
jardín de objetos reflejo de habla
Sol peonía
jardín de habla reflejo de no jardín de sol
reflejo no habla de peonía
sol habla
de»
x
x


[ Lógicamente, las críticas, los comentarios, las reescrituras, las per-versiones y las di-versiones serán bien recibidos siempre, aunque en algunos casos no coincidamos acerca de cómo sacarle la mayor cantidad de poesía al poema.]


JULIO REIJA