No paro de predicar, a veces me
oigo con eco. “Lo mejor a lo que se puede aspirar es a una vida llena de
contradicciones y bien conversada”. Por eso me he tirado por un barranco de
silencio durante cuarenta días. Sospechaba la cifra pero lo tuve que constatar
luego. Ha sido una cuarentena reveladora: aprendí a distinguir ruido y sonido, atravesé
todos los ánimos sin nombrarlos, recordé mucho mejor los sueños y, poco a poco, casi consigo oírme callada: pero cuando
más próxima estaba de esa meta escuché a mi cerebro aplaudiendo, dándome las
gracias por la ampliación del espacio.
LOS MEMORIALISTAS DE LA BOHEMIA (1903-1924)
-
(Publicado en Tintas, Quaderni di Litteratura iberiche e iberoamericane,
revista de la Universidad de Milán)”, febrero 2024. pp. 291-305) RESUMEN
Son muy e...
Hace 1 semana