No paro de predicar, a veces me
oigo con eco. “Lo mejor a lo que se puede aspirar es a una vida llena de
contradicciones y bien conversada”. Por eso me he tirado por un barranco de
silencio durante cuarenta días. Sospechaba la cifra pero lo tuve que constatar
luego. Ha sido una cuarentena reveladora: aprendí a distinguir ruido y sonido, atravesé
todos los ánimos sin nombrarlos, recordé mucho mejor los sueños y, poco a poco, casi consigo oírme callada: pero cuando
más próxima estaba de esa meta escuché a mi cerebro aplaudiendo, dándome las
gracias por la ampliación del espacio.
El cambio de paradigma sociocultural en una novela regionalista aragonesa:
«La cuadrilla del gatico negro»
-
Publicado en Revista de Folklore nº 525, noviembre 2025, pp. 3-12
INTRODUCCIÓN DE JOAQUÍN DÍAZ En el primer artículo de este mes, Javier
Barreiro propone u...
Hace 1 semana
