lunes, 7 de mayo de 2007

La cantidad hechizada




Toda una vida perdiendo libros y aún me quedan joyas. Ayer me toco Gracian, el Oráculo Manual de Arte y Prudencia que hoy ha desaparecido. Hoy tocaba un libro frágil y desencuadernado que se titulad "Interrogando a Lezama" y que, por mi gusto, copiaría entero.

dice Lezama por ejemplo:

"Si llegáramos a un planeta desconocido, comprobaríamos el sortilegio de la respiración, cada espiración una interrogación que no concluye, cada aspiración o inspiración un oscuro que nos aclara y que nos es necesario"

¿Algo que declarar?




Me he vuelto a reunir con esto. Esto es todo lo que he podido sacar de mi misma como coleccionista, y si se perdiera, no pasaría nada porque ya esta la fotografía.

La vasija maya que me regalo Fran, y que es lo más valioso. La foto del abuelo Lezama, que disuelve inmediatamente todas las bajezas. Una brújula que perteneció al práctico de un muelle, el parchis de pequeña y el ajedrez que compramos en Marruecos y que sigue oliendo de maravilla. Ah, y la palmera, una de esas palmeras únicas, con columna vertebral, de la Blanch de Vero.