viernes, 21 de diciembre de 2007

XV Premio Internacional de Relato Hiperbreve Círculo Cultural Faroni 2007




Premio 2007

"Huracanes" de Manuel Moya
No, Cristina no ha llegado todavía. La arrastró un huracán ya va para tres meses y de momento no ha vuelto. No es que temamos especialmente por ella, porque se conoce bien los huracanes y estamos seguros de que cuando se canse, volverá. Lo que temo es que a éste le coja afición, como le ocurrió a madre, que después de irse con todos los que pasaban por aquí, ya de mayor, se largó con uno y nunca más quiso saber de nosotros. A mí, que siempre he sido una incomprendida, me dio por los hombres y ya ve usted, aquí me tiene, en el Texaco Girĺs y esperando a Cristina, que, como le digo, tiene que estar al llegar.

PRIMER ACCÉSIT: "El equilibrio del mundo" de Ginés S. Cutillas

Del único hijo que estaba seguro era del pelirrojo. A los otros dos no los había visto en mi vida. Tras mucho pensar, llegué a la conclusión de que al salir del hipermercado, con la confusión del gentío, me los habían cambiado. No me importó. Los cuidé durante tres años, confiando que otros harían lo mismo con los míos. Hasta el día del parque de atracciones, que con tanto crío me cambiaron al pelirrojo y al mayor de los extraños por una niña y un mulatillo. A éstos los crié durante casi diez años pero un día, al volver de la universidad me llegaron transformados. La chica por un joven que hablaba inglés y el que más tiempo había pasado conmigo por otro con gafas que parecía autista. Aún así, y pensando que la vida era esto, consentí pagarles los estudios hasta el final.
El día que se casaba el inglés, los padrinos –que iban a ser su pseudohermanos- fueron sustituidos por dos chicas gemelas. Nada feas a decir verdad.
Ahora, ya en el lecho de muerte, espero cada vez que se abre la puerta de la habitación y entran tres jóvenes extraños, que sean mis hijos, los de verdad, los primeros, para poder despedirme de ellos y de este mundo que ya no entiendo.


SEGUNDO ACCÉSIT: "Los Sueños" de Mercedes Fernández

Valderrama puso una grúa en el jardín de su casa.
Los vecinos pasaban por allí y le preguntaban:
-¿Por qué puso una grúa en el jardín?
Y Valderrama, enseñando una gran sonrisa, respondía inocentemente:
-Era un sueño.
Con el tiempo todos pasaban expresamente por delante de la casa de
Valderrama y decían:
-Tiene un sueño en el jardín.
Y, también con el tiempo, en el barrio comenzaron a aparecer tiovivos,
veleros, molinos, jaulones, torres, laberintos y muchas cosas más.
Valderrama caminaba por el barrio y pensaba críticamente:
-Cuando mi cuñado la venga a buscar, ¿qué van a hacer con tantos
sueños prestados?



MENCIÓN ESPECIAL JURADO: "Él" de Matías Candeira

Fue un incordio que se presentara en mitad de la cena, aún respirando
pesadamente, dejando esos regueros de tierra por todo el salón. En fin,
manchándolo todo. Por lo visto lo habíamos enterrado mal. Venía a quejarse.
Antes de golpearle en la cabeza (y, por supuesto, atarle bien en esta
ocasión) dejamos que se sentara con nosotros y tomara un plato de sopa. La
verdad, nos pareció que se lo había ganado.