martes, 30 de junio de 2009

La atención mutua es un plato suculento


Glorioso final del taller de escritura. Anoche cenamos juntas y hoy hemos visto

amanecer desde debajo del puente de piedra con los píes metidos en el agua y

la conversación duplicada por el eco. Bajaba menos agua que en la foto.


Hacía mucho tiempo que no me levantaba tan contenta. Creo que este encuentro
ha sido un gran éxito: todas hemos recobrado allí, en la fría sala de Asociación 
de la Prensa, la sensación de tener tiempo para mirar, para contarnos y para 
escribir. 

Ha sido un placer enorme compartir estos meses con vosotras chicas, pero aún
lo es más que tengamos un plan, y empecemos el trabajo de lo serio. Y tampoco 
es para ponerme dramática o exagera, que esto ni siquiera es del todo un fin de
curso, el mes que viene tenemos visita a Antígona y sardinada (a las ausentes os 
pondremos al corriente del plan y de las próximas convocatorias enseguida)

P.D. pego un texto de Paula 
que de no ser por el verano 
disfrutaríamos entre todas:
"Comprar plátanos. Hacer el puré de verduras de la cena. Cambiar los pantalones de las 
mellizas por una talla menos. Comprar crema solar y potitos. Llamar al médico. ¿Cuándo 
me toca vacunas con ellas? Hacer una entrevista. Escribir el reportaje que tengo pendiente 
de la semana pasada. Hablar con mi jefe. Olvidarme de la bronca de ayer. Mandarle un mail 
con fotos a mi amiga Racheal. Renovar la tarjeta bizi. Cargar la del bus. 
Sacar dinero del cajero. Contestar a Marta. Comprar huevos. Llamar a la mamá de Alba,
 la amiguita de Lara en la guardería. Escribir un cuento de una oulipiana con rizos, sonrisas 
e historias divertidas, y de sus alumnas agradecidas. Llamar a mi hermana que se ha roto 
un tendón de la mano y la operaron la semana pasada. Quedar con ella. Preparar las maletas 
de todas para el viernes por la tarde. Buscar aquel vestido del verano pasado. Contestar 
a Marta. Comprar plátanos... ¡Anda, mi parada!"