miércoles, 6 de mayo de 2015

Der Traume in leven (El sueño sigue vivo)





El diálogo ocurrió en Adrogué. Mi sobrino Miguel, que tendría cinco o seis años, estaba sentado en el suelo, jugando con la gata. Como todas las mañanas, le pregunté:
–         ¿Qué soñaste anoche?
Me contestó:
–         Soñé que me había perdido en un bosque y que al fin encontré una casita de madera. Se abrió la puerta y saliste vos.
Con súbita curiosidad me preguntó:
–         Decime, ¿qué estabas haciendo en esa casita?
 Francisco Acevedo
Memorias de un bibliotecario (Burzaco, 1955)