jueves, 9 de julio de 2009

Ni el mundo ni yo somos sólidos



Me gusta leer vaticinios, disfruto con los textos de los que miraban con la palma en el entrecejo el futuro, me gusta calcular en qué acertaron y en qué no. Nunca carece de interés puesto que somos el futuro del que hablaban.

Musil decía de nosotros:

Notaran que, lejos de haberse vuelto mudos, hablan, pero sin elegir las palabras: son
las palabras quienes los eligen


Robert Musil El hombre sin atributos

La imagen es de
Vito Acconci