domingo, 13 de marzo de 2011

Informe subjetivo de un Congreso de Periodismo


Robert Musil decía que los atributos son ser médico, periodista, ser la mujer de o el marido de, ser rico o pobre. En el Congreso de Periodismo Digital me imbuí aún más en las convicciones de una mujer sin atributos, para intentar contarlo de otra manera. Es un privilegio poder observar tan de cerca a quinientos ejemplares del mismo gremio juntos.

Por otro lado Juliana, Inés, Bárbara, Cristina…estaban escribiendo detalladísimas crónicas en tiempo real ¿para qué iba a ponerme a tomar notas? En el mostrador la mera, mera, Maribel: después de tres años de Asociación de la prensa me apetece decir que las heroínas de ese lugar son las secretarias, a Maribel y a Amada todo el mundo las quiere. Ellas son las que ponen los hilillos que nos van tejiendo. Maribel me estaba poniendo uno de esos vínculos invisibles con una profesora de literatura y periodismo de no sé qué universidad cuando llegó Ester y juntas emprendimos nuestro particular periplo, el de dos disidentes relajadas a la recherche de las ideas centrales.

Nos saltamos a la torera a Javier Moreno y entramos despejadas y con ganas a “El papel de las redes sociales en la cobertura periodística” que moderó magistralmente Mara Torres. Hablaron, sobre todo, de cómo cambia el trabajo del periodista que, desde hace cuatro o cinco años, llega después que su audiencia a la noticia. Y hablaron de Twiter de Twiter y de Twiter. Guillermo Culell insistió en la necesidad de generar reacciones y apuntó una pregunta que a mi también me parece la más urgente: ¿cómo provocar debate? Jean-Francoís Foguel hizo una pertinente distinción entre la actitud emocional o racional en el tratamiento de las noticias y dijo que, sin lugar a dudas, los medios digitales son emocionales: Internet nos promete la inminencia de una revelación. Creo que es una cita de Piglia. “Cuando todo es efímero hay que hacerlo como si fuese lo último” dijeron casi al final (qué gusto, qué laxitud, no voy a buscar ni quién lo dijo ni de quién era)

Durante la mesa redonda el Twiter vomitaba ininterrumpidamente mensajes

“las cosas cambian pero en el congreso de periodismo digital siguen hablando de lo mismo desde hace diez años” escribió alguien. Y no estoy de acuerdo. Estamos trastornados con tanta velocidad: hace diez años, ocho, en el pleistoceno, se hablaba por aquí obsesivamente de los blogs. Recuerdo que estuvo sembrado Nacho Fernández al decir que los blogs son como la casa de campo a la que te van a visitar y las redes como la ciudad, donde quedas o te encuentras.

Siguieron Camino Ibars, Ramón Lobo y Mónica Prieto. Mónica Prieto, que trabaja en Oriente Medio, llevaba la realidad debajo del brazo, la contó sin retórica: La dificultad está en vender a los medios las noticias que no cubren los grandes. Habló también de la necesidad de un periodismo más humano, y de un periodista capaz de interpretar los hechos, habló de la necesidad de barajar de otra forma la realidad. Empezábamos a encontrar algo en que pensar.

La siguiente mesa redonda fue de políticos, Políticos en 140 caracteres. Les dimos diez minutos de gracia y nos sobraron cinco para largarnos a tomar el vermout. Una tal Cristina Cifuentes, vicepresidenta de la comunidad de Madrid, tuvo la poca vergüenza de responder cuando le preguntaron cómo había comenzado en Twuiter

-Por una infidelidad.

Salvando las distancias, todos empezaron a asolarnos con cuestiones personales e inanes, salimos por piernas. Volvimos antes de hora y nos dio tiempo a oír que Jordi Sevilla decía que las redes no son representativas ni democráticas. A mi me dio miedo oír eso.

Todos sentimos mucha pena por la pobre Juliana que tenía que mandar la crónica de esa mesa: ¿cómo se resume a la gente que no dice nada?

Nos fuimos a comer, yo voy a hacer ahora otro tanto. Además no hay quien se lea un post tan largo, ni las encargadoras del informe. Luego sigo.