lunes, 10 de diciembre de 2012

En el país de la magia




Michael Thomas Hill



Vemos la jaula, oímos el aleteo. Percibimos el ruido inconfundible del pico
afilándose contra los barrotes. Pero no hay pájaro.
En una de esas jaulas vacías, oí la más intensa gritería de loras de mi vida. Por
supuesto, no se veía ninguna.
¡Pero qué ruido! Como si en esa jaula se hubieran hallado tres, cuatro docenas:
“…¿No estarán un poco apretadas en esa jaulita?, pregunté maquinalmente,
aunque añadiendo a mi pregunta un matiz burlón a medida que me escuchaba
pronunciarla.
“Sí…, me respondió su dueño con firmeza-por eso chillan tanto. Querrían más
espacio.”

Henry Michaux