
Pero hoy me toca a mí contarles.
Había un tremendo silencio, el aire estaba cargado de desconfianza -les digo de Honduras- me pareció siempre un lugar opaco, en el que a la gente le habían bajado el volumen (se notaba mucho viniendo de El Salvador o llegando de Nicaragua) Eso me pasaba también en Guatemala, pero de otra manera, en Guate la eterna primavera y los colores indígenas maquillaban de otro modo la tristeza.
Y les sigo contando como es de hermosa la costa garifuna, las playas de Tela y de
Y luego, cuando vuelvo a casa, me pongo a navegar buscando no sé qué, algo que explique por qué sucede en Honduras esto y ahora. ¿Qué se está calculando y qué viene después? ¡qué retrato, de tamaño natural, el de los medios internacionales cuando contaban la noticia sin decir “golpe de estado”! ¡Qué independiente la oligarquía Hondureña, de pronto, con lo sometida a los Estados que estuvo siempre! ¿Ahora da golpes de estado ella sola?
El título es de María Zambrano.
El cuadro de Grandville, alguien que interesó a Poe y a Darío. Uno que se volvió loco por dibujar tan pormenizadamente sus sueños.