jueves, 17 de marzo de 2016

Con la ayuda de Cirlot.


Creo que nunca había tenido un Zipo, ni una imitación, pero ese ayer me estaba esperando. Para empezar parece que se ha escapado del logo de la Escuela, pero además tiene un ocho. Del ocho decía Cirlot en el diccionario:


Ocho. — Octonario, dos cuadrados u octógono (44). Forma central entre el cuadrado (orden terrestre) y el círculo (orden de la eternidad); por ello, símbolo de la regeneración. Por su figura tiene relación con las dos serpientes enlazadas del caduceo (equilibrio de fuerzas antagónicas; potencia espiritual equivalente a potencia natural) (55). También simboliza, por dicha causa formal, el eterno  movimiento de la espiral de los ciclos (doble linea sigmoidea, signo del infinito) (9). Por su sentido de regeneración fue en la Edad Media número emblemático de las aguas bautismales. Además, corresponde, en la mística cosmogónica medieval, al cielo de las estrellas fijas, que simboliza la superación de los influjos planetarios.



No había visto plumas de pavo real desde la infancia en los libros de mi madre. Bueno, sí, en la champa de unos viejitos, en La Libertad. Por si fuera poco impresionante el paraíso con flores que cuidaban, de pronto aparecieron por allí unos cuantos pavos reales y yo tuve la  impresión de que ya me había muerto. 

Dice Cirlot:

Pavo real En las monedas romanas, designa la consagración de las princesas como el águila la de los C é s a r e s (8). La cola del pavo real, particularmente en el emblema LXXXIV de la Ars Symbolica de Boschius, aparece como símbolo de la unión de todos los colores y de la totalidad (32). Se explica, por ello, que en el arte cristiano aparezcan simbolizando la inmortalidad (20) y el alma incorruptible (6 ). El frecuente m o t iv o de los dos pavos s i m é t r i c a m e n t e situados junto al árbol cósmico — tema que pasó de Persia al islam, de ahí a España y Occidente — expresa la dualidad psíquica humana (Géminis) recibiendo la vida del principio de la unidad (6). En el horario  místico, corresponde al crepúsculo (50). En la mitología hindú, las alas del pavo real, sembradas de formas que parecen ojos, representan el firmamento estrellado (50).