miércoles, 28 de abril de 2010

Retrasos ligeros



Sigo retrasando los viajes todo lo posible, exprimiéndo el tiempo en esas pocas horas de ventaja. Con la maleta ya preparada, con todo listo, a punto de salir, he decido que tres horas después sería igual, y luego que mañana también será lo mismo.

Y aquí estoy, leyendo a Juan José Saer, rebelándome contra las prisas.

Poesía Danesa Contemporánea

Contra natura o de su lado, mirar
es como un llanto mudo, dice Narciso,
mostrando a las visitas la orgía de color,
con un dedo rígido y rojo como un pene
y más firme que una obsesión. Noche europea,
ahora que el sol ya cayó, ¿aprendiste por fin
que los campos de oscuridad son el lugar
donde mejor se ve? Y deberías todavía aprender,
especie fugitiva, que del solo mirar
no se saca más que la polvorienta
llama de la pupila que contempla. Dice Narciso
Con los ojos cerrados, contra natura
oigo voces ajenas cantar mi misma canción

Elegía Pichón Garay

Deberes
y un cielo, azul, que se hunde
en el ramo de tardes
que atravieso
como quien se levanta, ciego,
desde una cama de ceniza.

Bienaventurados
los que están en la realidad
y no confunden
sus fronteras.

Juan José Saer El arte de narrar


sábado, 24 de abril de 2010

Planes de futuro



Lo mejor de tener socios holandeses es que están hasta las narices de belleza, no quieren ver paisajes, quieren ver el campo. Aún así voy a civilizar un rincón, ya lo tengo todo calculado, se han cruzado delante de mi habitación una ventana nueva y un barranco de lavanda .


Falta:

-Lavanda (25), rosales blancos (10), hiedra roja (4)
-Decidir el tamaño de la ventana

viernes, 23 de abril de 2010

Una infusión de caos



Cada tanto tiempo paso una gripe exagerada, telúrica, larga, con insomnios interrumpidos por sueños raros que me dejan débil y desconfiada: con el sentido del tiempo tambaleándose. ¿Cómo voy a confiar en mi cabeza si pasando de 38º me monta estas marimorenas?

Para poner unos pocos ejemplos, el martes desperté agarrada a una rodaja de chorizo que me servía de flotador, estaba nadando en un canal de judías secas, intentando alcanzar la puerta de una casa donde, para aumentar el absurdo, me habían invitado a comer. El miércoles encontré a un señor que se afanaba en contarme sus enfermedades con lujo de detalles, por tranquilizarlo dije una generalidad; que la medicina adelantaba mucho, respondió sin inmutarse que le daba igual porque él ya se había muerto. Y ahí no terminaba la cosa, porque también soñé que tenía que pulir textos con una lija hasta dejarlos reducidos al tamaño de una uña postiza con una frase escondida dentro, y descubrí la solución, después de haber olvidado el problema, varias noches seguidas, pero lo último es más habitual. Harta de tanta confusión anoche decidí que entre vela y vela leería a Borges, y una de dos, o es que me ha bajado la fiebre o es que de algo me han servido los sueños y las pesadillas de otro, pero de momento estoy mejor, contar con su campo semántico me reconforta: delirio, laberinto, fatiga, desorden, memoria, suspicacia.

Luego, por fin, he salido a la calle y una oveja sin rebaño ha venido desenfrenda contra el coche, tal y como están las cosas en mi azotea he pensado que sería la oveja que María Zambrano quería que le pintara Juan Soriano, y el otro que no, que debe andar por ahí suelta.
El cuadro es de Juan Soriano.
P.D. Se me olvidaba hasta el compromiso con la Santón, y el tiempo, pero es viernes. Ahí va; hoy era fácil. Buen poeta Borges, tú hazme caso.



miércoles, 21 de abril de 2010

De como tropezar en una raya de lapicero


Imagino que lo de cubrirse o no cubrirse tendrá un fundamento científico, que alguien habrá demostrado que las telas sobre la cabeza son nocivas para el entendimiento, y que quien las prohíbe por el bien de la humanidad conoce algo que los demás ignoramos.

Lo que está claro es que tanta pseudo batalla inane, tanto opinar por opinar y prohibir por prohibir, cansa.

¡Qué morbo oír por un agujero los argumentos de ese claustro de profesores que impartió justicia ayer en un instituto de Madrid !

viernes, 16 de abril de 2010

Desde la prehistoria hasta el cielo




"A fin de remontarse en sus recuerdos, aplique una escalera contra la pared, pero no empiece a subir sin haberse provisto de una cuerda, uno de cuyos extremos será sólidamente fijado al piso y otro enrollado alrededor de su puño izquierdo. Por no haber tomado esa precaución, muchas personas nunca han vuelto"
Juan Luis Martínez

P. D.Como observarás no te hago ni caso Santón, ufff ese Kevin Jonansen con gripe, ¡qué debilidad! en esas que me ha llamado er Ezpeleta y se me ha ocurrido saquear su facebook. Lo mejor de la gripe es el limón con miel ¿Quién me aconsejó que le pusiera cebolla?

miércoles, 14 de abril de 2010

Para gobernar las emociones


Suele venir muy bien Aristóteles:

"Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo"


Ética para Nicómaco


Imagen Cristina Lucas

martes, 13 de abril de 2010

¿Desde cuándo Dios concede la palabra a las máquinas?

En la novela La Eva Futura, Villiers de L´Isle Adam hace que su protagonista se enamore de una mujer bellísima, pero con la que es imposible mantener una conversación: es rematadamente tonta. Lord Ewald, así se llama el personaje, le cuenta sus penas amorosas a su amigo, el inventor Thomas Alva Edison, que le propone fabricar una igualita, pero buena conversadora e inteligente. El incrédulo enamorado le pregunta entonces:

-¿Desde cuándo Dios concede la palabra a las máquinas?

-Desde que ve el pésimo uso que hacéis de ella, responde el inventor.

Lecturas recomendadas: Villiers de L´Isle Adam, La Eva Futura.

Imagen: Leonor Fini

hay más articulaciones en Articulaciones

Higiene mental: propósito uno


Hacerme hortelana ya: aceptar la sugerente invitación de María Jesús y ayudar en el trabajo de su huerto.

( "Nunca es tarde del todo, acuérdate" le repetía María Zambrano a José Miguel Ullán )

Las sandías son de Rufino Tamayo

lunes, 12 de abril de 2010

Los espigadores y la espigadora

Me la recomendó Mercedes hace por lo menos un par de años pero no la he visto hasta hoy. Es un documental sobre lo que sobra y sobre los que buscan, en el campo o en la ciudad, tiene unos diez años y creo que sólo ha rejuvenecido. Es estupenda, más que recomendable y deja un buen sabor de boca,

Yo lo hago sólo en el campo, empece a espigar con mi abuela, aprovechar lo que sobra es profundo, ayuda a entender, ahora es la coartada para pasear con mis tías y mi madre, lo dice Varda en el documental, es triste espigar, que aquí se dice respigar, sin compañía.

viernes, 9 de abril de 2010

Gardel y dos sillones de orejeras


Desde hace casi veinticinco años he debido terminar unas cien veces poco sobria o borracha, feliz y desesperada, riéndome y llorando al unísono, pero siempre oyendo a Gardel, en ese salón que ha cambiado de calle, pero que, esté donde esté, preside Carlitos.

¿Qué habrán oído en estos veinticinco años esos dos sillones de orejeras además de a Gardel?

El ruidito de los surcos y nuestras voces, ya delgadas, más mansas, pero que no disimulan convicciones furibundas de vez en cuando, habrán oído, muchas veces, la lista infinita de frases que nombran las cuatro cosas que consideramos irrenunciables, y los nombres de las personas a las que queremos juntos, estén donde estén: Danae, Antonio, Manuela, Roberto, Mauricio, Carmen, Rosendo, Nacho, Pardeza, Teresa, Mila, el germen de los viajes importantes, y el poema feliz de algún panadero, conocemos a muchos panaderos poetas, alabanzas y también denuestos, amores y desamores al fin, nostalgias, dolores, buenas intenciones, títulos, nombres, más poemas, resignaciones, miedos, fracasos, voluntades, muchas metáforas, fechas, esperas, planes, propuestas.

Cuando se cae la foto de Gardel, que está enganchada en un cristal encima del armario de las copas, tengo que auxiliar al maestro, me mira asustado, pone cara de terror. Y, cuando oigo que hay que amueblar bien la cabeza, o la vida, siempre me acuerdo de esos dos sillones de orejeras entre los que he crecido.


jueves, 8 de abril de 2010

Otra vez el horizonte se ha puesto en el fondo de una novela rusa



Hoy estaba deseando ser ciclo, crear rito, disfrazarse de potencia, pero me he quedado en casa, recogiendo la mesa de trabajo ¡qué había tajo para aclararse! y leyendo a Larrea:

Signos de ansiedad

Hoy un aire perplejo rodea nuestro ajedrez de palomas
el follaje inconsciente se curva bajo el peso muerto del cerebro
te distraes y el día cae
tu desnudez pone en libertad un número indefinido de pájaros

El día cae fuera de propósito cae
en los brazos de un bienestar
siquiera un tanto volatinero
tus pensamientos levantan el polvo
de los caminos de la atmósfera
sin llegar a comprender que el alba es una transacción de corazones.

Adoptan las tretas de los cristales cuando la luna sale de caza

aguzan el dócil marfil de los elefantes
que conducen los caos interiores hacia el éxtasis
y el sol hacia el este aún si el cielo cierra sus filas

El horizonte se ha puesto en el fondo de una novela rusa
todo es matemático como un intercambio de astucias
en las ferias de las Indias bajo las ráfagas de otoño
todo es matemático como un borracho
bajo la tormenta
cuando los relámpagos tropiezan en las lechuzas
y nuestras esperanzas se agotan en el velódromo de la edad
dando vueltas y más vueltas

Juan Larrea, Versión Celeste.
Traducción Luis Felipe Vivanco


miércoles, 7 de abril de 2010

El doble sentido de alentar


Hay una expresión aragonesa para nombrar que otro ha conquistado el silencio, que por aquí suele suceder cuando está de muy mala leche:

-No alienta

Decimos.

Me gusta aún más en un contexto en el que adquiere doble significado: alentar por respirar, y alentar por animar a seguir preguntando

-¿Le has preguntado qué le pasa?

-Claro, pero no alienta

Abernuncio, que decía Sancho, de las identificaciones con el terruño, si alguna me queda es porque le tengo devoción a lo concreto, además, si algo me gusta de los aragoneses es su complejo de inferioridad: ya que parece imposible evitar esa lacra, consecuencia del afán de medir lo que no se puede ni se debe medir, prefiero el mal de bajura al de altura.

Me tropiezo con frecuencia con lo inevitable, mi carácter heredado. Así las cosas, cuanto más tengo que decir, más me callo, cuanto más segura estoy, más me encojo, cuanto más me indigno más me petrifico y más rumio.

Y sé que la impronta, el sentido de la rabia es estallar.

No tengo ninguna duda, voy por un mal camino.

El lunes sí estalle, después de la presentación del diccionario de autores aragoneses. Mis alumnas, la mayoría son periodistas maltratadas a diario en estúpidos actos oficiales, estaban asombradas de lo poco duro que tengo el cuero. Un afectado se imaginaba qué torpón había escrito el discurso, pero ni lo escuchó.

De María Zambrano me viene una convicción importante que se puede resumir como: “dime cómo entonas y te diré quién eres”. Los políticos utilizan ese ronroneo infalible, que duerme más que el tepazepan, para seguir perorando sin consecuencias. El lunes logré mantenerme despierta y oí el acto, incluido Marcelino Iglesias, entero. El presidente habló de sus vacaciones en Nápoles, no sé cortó al decir que los aragoneses van a Nápoles y no se enteran de nada, contó que el presi de la dpz, el colega, ha bajado el cuadro del compromiso de Caspe que había en su despacho, y que eso le recordaba que ¡qué guay, el compromiso de Caspe! y que en el despacho se ha puesto otro de Saura, también muy chulo, y, sin saber cómo, dió la vuelta y pasó a que tresmil y pico institutos estaban en el plan de animación a la lectura, que no venía al caso ni de coña. También dijo que tenía intención de leerse el diccionario, pero que no le había dado tiempo entero; eso es disculpable, lleva pocos días impreso y pesa dos kilos y medio. Es el trabajo de toda una vida lo que estaba ninguneando. Entonces cogió la batuta el otro, más valiente, aún disimulaba menos la improvisación y, atentos, dijo que Internet iba a terminar con la literatura regional, no tengo ni idea de a dónde quería ir a parar, sospecho que él tampoco, pero tenía una baza, era el que anunciaba los vinos buenos, para olvidar, y una de esas de matarse a tapitas jugando a tonto el primero que salude.

En resumidas cuentas, que salí de allí rezando a Musil

Notaran que, lejos de haberse vuelto mudos, hablan, pero sin elegir las palabras: son

las palabras quienes los eligen.

Menos mal que me acompaño la lúcida dama del pelo blanco y nos tomamos un café después comentando aquello otro que decía Musil también:

En el curso del tiempo, las ideas ordinarias e impersonales se refuerzan siempre a sí mismas, por lo tanto las extraordinarias se pierden con la regularidad fatal de un proceso mecánico y se vuelven mediocres, esto explica que se malgasten miles de posibilidades diferentes que tenemos delante. El hombre ordinario es muy ordinario.

Y digo yo que habrá que empezar a escuchar de otra manera, menos iliota.

la imagen es de Jaume Plensa