miércoles, 21 de abril de 2010

De como tropezar en una raya de lapicero


Imagino que lo de cubrirse o no cubrirse tendrá un fundamento científico, que alguien habrá demostrado que las telas sobre la cabeza son nocivas para el entendimiento, y que quien las prohíbe por el bien de la humanidad conoce algo que los demás ignoramos.

Lo que está claro es que tanta pseudo batalla inane, tanto opinar por opinar y prohibir por prohibir, cansa.

¡Qué morbo oír por un agujero los argumentos de ese claustro de profesores que impartió justicia ayer en un instituto de Madrid !

2 comentarios:

Ester dijo...

Sí, tienes razón, es como tropezar con la raya de un lapicero y luego mear fuera del tiesto. Como si fueran borrachos, vamos.

Pero en este país todo el mundo quiere opinar, ya sabes. Ayer los de la Ser se pegaron todo el día cuestionando a los ciudadanos sobre este asunto. Puedes imaginarte la cantidad de perlas que recogieron, como para hacerse un collar de seis vueltas.

El argumento más recurrido es el de 'les obligarán a llevarlo sus padres'.

A mí, mi madre me sigue diciendo como tengo o no que vestir, y por supuesto, hasta cierta edad le hacía caso...pero después...

Más tarde, en la Universidad en la que estudié, no dejaban llevar minifalda...era del Opus, claro, y sí podías llevar la cabeza cubierta, de hecho algunas alumnas la llevaban. Sí, eran monjas, por supuesto.
De todas formas, tú lo dices...prohibir, por prohibir...es el deporte nacional...

Lo que más me molesta a mí, es que se mezcle la cuestión con la libertad de la mujer, que parece que tiene que llevar la cabeza descubierta, pero los muslos bien prietos y sin un gramo de celulitis.

Anónimo dijo...

Lo que tienen que hacer es dedicarse realmente a que haya una verdadera politica social de integracion y dejarse los prejuicios medievales para otro siglo...