viernes, 13 de marzo de 2009

Murió la poeta de las falsas confesiones, la que abría las alas. Blanca Varela


SUPUESTOS


el deseo es un lugar que se abandona
la verdad desaparece con la luz
corre-ve-y-dile

es tan aguda la voz del deseo
que es imposible oírla
es tan callada la voz de la verdad
que es imposible oírla

calor de fuego ido
seno de estuco
vientre de piedra
ojos de agua estancada
eso eres

me arrodillo y en tu nombre
cuento los dedos de mi mano derecha
que te escribe

me aferro a ti
me desgarra tu garfio carnicero
de arriba abajo me abre como a una res
y estos dedos recién contados
te atraviesan en el aire y te tocan

y suenas suenas suenas
gran badajo
en el sagrado vacío de mi cráneo.


TAL VEZ EN PRIMAVERA

Tal vez en primavera.
Deja que pase esta sucia estación de hollín y lágrimas
     hipócritas.
Hazte fuerte. Guarda miga sobre miga. Haz una fortaleza
     de toda la corrupción y el dolor.
Llegado el tiempo tendrás alas y un rabo fuerte de toro o
     de elefante para liquidar todas las dudas, todas las
     moscas, todas las desgracias.
Baja del árbol.
Mírate en el agua. Aprende a odiarte como a ti mismo.
Eres tú. Rudo, pelado, primero en cuatro patas, luego en
     dos, después en ninguna.
Arrástrate hasta el muro, escucha la música entre las
     piedrecitas.
Llámalas siglos, huesos, cebollas.
Da lo mismo.
Las palabras, los nombres, no tienen importancia.
Escucha la música. Sólo la música.


NADIE SABE DE MIS COSAS

( dedicatoria)

1
a ti capaz de desaparecer
de ser atormentado por el fuego
luminoso opaco ruin divino

a ti
fantasma de cada hora
mil veces muerto recién nacido siempre
a ti capaz de hacer girar la llave
de inventar el sol en un cuarto vacío

a ti ahogado en un océano de semejanza
náufrago de cada mañana
esclavo propietario de zapatos periódicos
algunos libros
tal vez padre o hijo
guardián de resecos jardines de aves de paso

a ti
observador de la tarde
infatigable lector del reloj del sueño
de la fatiga del tedio de la esposa
a nadie sino a ti