martes, 14 de mayo de 2013

Malos humores.

Pejac


Desde la ventana

Estaba casi callada ayer la plaza, a pesar de que el día era esplendido. Hay tardes enloquecedoras, los chicos, y algunos padres, chillan como conejos. Tanto que hasta prefiero que llueva para disfrutar de un poco de silencio. Pero ayer estaba raro el sonido ahí afuera. Se oía una voz rectora de vez en cuando  y sonó al menos diez veces la palabra ganador. Ni me asomé para ver quién era el del ordeno y mando. Ya le había pillado suficiente manía sin ponerle cara. Me obsesionó después la impresión de que, con tanta competición, la mayor parte de los niños se habrían ido a casa convertidos en fracasados prematuros.


¿Qué deseo reproducir, proyectar, conservar?

Ordena esa pregunta, venga, que es como lo de parar, templar y mandar, que siempre se te desbarata.

Hay que empezar por elegir. Ahora es lo más difícil, todo está programado para hacernos creer que elegimos, pero qué va, como Viridiana, entre garbanzos iguales.

Fobias

Unos cuantos me resultan tan desagradables que cuando dicen o escriben algo con lo que estoy de acuerdo me pongo a cuestionarlo. Usan un tonito que es como si amurallaran para uso propio cada idea.

También están los otros, los que me devuelven las convicciones robustecidas, menos mal.


Prácticas de riesgo

Cené con mis padres el sábado. Ven los debates de la cinco y de la sexta. Los dos al mismo tiempo.

Me empezó a parecer que estaba en un planeta extraño. Creo que esto ya no es ni un país, se ha convertido en otra cosa, tosca, torpe, torticera. Autista

-Cómo no se va a entender que se merezca un sueldazo un registrador de la propiedad

Dijo uno, y empezaron a pitarme lo oídos, pero de verdad, y tuve que irme.

Sueldazo se merecen los basureros. Los que hacen lo que nadie quiere hacer. 

Está todo al revés

Mecánica onírica

Por culpa del teléfono nuevo paso los sueños con el dedo, y algunos no se abren.