-Aún estamos a tiempo de evitar que se pudra la fruta- le digo a Marisa- le voy a insistir a Inma
-Hay un montón.
-Podría preparar una convocatoria para que los que estén en Madrid y quieran mangos y chirimoyas se acerquen por tu casa
-Dale
-¡Qué va Marisa! Si va Inma, desde Leganés hasta Alto Extremadura a por una bolsa de fruta tropical, es por razones sentimentales, por comerse un poco el molino, y por conocerte. Pero olvídate, ni modo chamaca, repártelo entre vecinos y pacientes, algo es algo.
Hoy con el tema de la fruta podrida me ha venido a la memoria Peter Greenaway, tan barroco, tan esteticista, tan decadente. Me he puesto a buscar en youtube (una ha llegado a creer que todo esta en youtube o en google y las palabras mágicas en la memoria, más no, que decía la andaluza)
Luego me he ido de una a otra y me he acordado de un concierto de Michael Nyman en el Teatro Principal. El público pidió tantos bises que a mi se me fue totalmente la olla. Solamente era capaz de notar con verdadera intensidad el olor a chorizo de Leonardo, y solamente era capaz de pensar en el olor a chorizo que debíamos exhalar todos. Veníamos de merendar (tú estabas aquella noche Antonio ¿te acuerdas?)
Y de una a otra me acuerdo de Leonardo. Durante años no fuimos sólo amigos, parecíamos una prótesis el uno del otro, hasta nos dio una temporada por estudiar matemáticas. Leonardo: Argentino-Israelí. Pelirrojo. Desertor. Kiburtziano. Siempre fingía ser torpe hablando en castellano para poder hablar poéticamente, al pedo, ad libitum, todo el rato. Y lo mejor. En situaciones especiales de indignación o borrachera, Leonardo juraba en Hebreo.
Lo voy a buscar en el google.
3 comentarios:
¿Qué haríamos sin esos raptos plebeyos que dan tanto juego a la hora de recordar?
Un abrazo
Entonces, quedamos en que regalas chirimoyas a los madrileños. Con lo que a mí me gusta escupir pipos encima de un plato...
Ay, esos raptos plebeyos.
Eso es, mándame un correo que no sé nunca en cual localizarte y te mando el número de Marisa: Chirimoyas y mangos. Anda no seas perezoso que te alegrarás de ir.
Publicar un comentario